Dublín es una ciudad familiarizada con el agua: riberas, canales, bahía, presas y claro, lluvia. Esta situación hace que sus habitantes den por sentado que el recurso está garantizado. No obstante, el problema mundial del agua y el hecho de que no toda sea potable, confieren al uso del vital líquido, una fuerte preponderancia. Es decir, el manejo del agua hoy, debe ser muchísimo más responsable de lo que era hace apenas diez años.
Aunado a esto, habría que considerar que la región más grande de Dublín consume 110 millones de galones diariamente, generando la demanda más alta de la historia. Por este motivo, las autoridades han lanzado la campaña «Water is precious. Let’s Conserve it».
Dentro de este marco, se generó una guerrilla-outdoor. En el río Liffey, justo al nivel del agua, se colocó un anuncio con el slogan de la campaña, lo que origina que, cuando la marea baja, el mensaje tenga una connotación muy realista respecto al hecho de que puede terminarse.
Tal vez no sea eficiente cuando la marea sube, sin embargo, este tipo de tácticas innovadoras de responsabilidad social deben comenzar a usarse para sacudir conciencias y generar actitudes.