¿Qué tan ético es que una empresa financie estudios sobre el efecto de sus productos en las personas? Esta es una pregunta muy relevante pero que tal vez no tiene una respuesta definitiva. Son muchas las compañías que llevan a cabo investigaciones científicas y estas pueden ser valiosas, pero un reciente escándalo de Coca-Cola invita a reevaluar cómo debe ser la relación entre los científicos y los ejecutivos.
Según información que sacó a la luz The Associate Press (AP) y reproducida por The New York Times (NYT), el grupo sin fines de lucro Global Energy Balance Network, compuesto por científicos universitarios que invitaban al público a enfocarse más en el ejercicio y menos en las calorías que consumían, ha sido cuestionado por su cercanía con la marca. Como consecuencia, Rhona Applebaum, la directora de ciencia y salud de Coca-Cola acaba de dejar su puesto y el grupo cerró sus puertas por falta de fondos.
Tan solo en el año pasado, afirma NYT, Coca-Cola gastó 1.5 millones de dólares en apoyo al grupo y, aunque la compañía afirma que no tuvo ninguna influencia sobre sus hallazgos, los reportes de AP muestran que Applebaum y otros ejecutivos ayudaron a elegir a sus líderes, crear su misión y diseñar su sitio web.
De lo que gastó la empresa en 2014, un millón fue para la escuela de medicina de la Universidad de Colorado, donde el presidente de Global Energy Balance Network, el Dr. Hill, es profesor e investigador sobre obesidad. Después de que algunos grupos de salud pública manifestaron su descontento, la institución regresó el dinero a Coca-Cola.
Una serie de correos electrónicos enviados por el Dr. Hill a ejecutivos de Coca-Cola antes de la creación del grupo detallan su intención de hacer un estudio para probar que “una empresa que venda agua azucarada debería enfocarse en promover la actividad física. Sería un estudio muy grande y caro pero podría cambiar el juego. Necesitamos que se haga.” En otros, el científico menciona su interés en ayudar a la imagen pública de la empresa.
Muthar Kent, CEO de Coca-Cola, dijo en un comunicado que “es claro para nosotros que no hubo un suficiente nivel de transparencia respecto a la relación de la compañía con la Global Energy Balance Network. Es claro que tenemos mucho trabajo por hacer para reflejar los valores de esta gran empresa en todo lo que hacemos.” Applebaum, quien ya había planeado retirarse este año, no será reemplazada por otra persona, ya que la compañía está evaluando todos sus procesos para decidir cómo utilizará sus recursos.
Por su parte, la Universidad de Colorado solamente dejó claro que no está prohibido que sus profesores se comuniquen con entidades públicas o privadas que provean de fondos para iniciativas de salud, y que lo único que se espera es que las investigaciones sean guiadas por hipótesis y no creadas para reforzar un punto de vista específico.
