El 6.6% de la población mexicana tiene algún tipo de discapacidad que se entiende como alguna dificultad para caminar o moverse, ver y escuchar, hablar o comunicarse, poner atención o aprender, atener el cuidado personal o tener alguna limitación mental.
La sociedad ha creado prejuicios y estereotipos sobre las personas que tienen alguna discapacidad, lo cual es un hecho que ha provocado su exclusión e incluso la invisibilización en muchos ámbitos de la vida social, así como la negación de los derechos.
A pesar de que la discriminación es más notoria en las escuelas o lugares públicos, también está visible en el desarrollo y en la calidad de vida.
De esto se ha dado cuenta Mary Tere Argüelles, una niña de 10 años que tiene discapacidad. Ella vive con el síndrome de Lennox-Gastaut y ha aprendido a comunicarse con el paso del tiempo.
Ante las dificultades que se le han presentado, decidió crear un manual para explicar cómo tratar a las personas que pasan por circunstancias similares a las de ella.
Pero para lograrlo, primero fue apoyada por su mamá, Teresa Vara, quien auxilia a Mary Tere para que se comunique. Ella ideó un método con el cual aprendió a leer y a escribir; antes utilizaba un abecedario y números pegados en la pared de su casa; ahora tiene un tablero con el que puede formar palabras indicando las letras con movimientos del torso.
Según cuenta para Animal Político la mamá de Mary Tere, en la escuela especializada en comunicación aumentativa y alternativa no podían seguir atendiendo a su hija ya que demandaba mucha atención y era más inquieta que sus compañeros. Por ello le enseño a leer y a escribir por su cuenta.
«Al principio yo no estaba segura de si ella entendía, porque a veces la veía y parecía que no estaba atenta a lo que pasaba”.
Ella se comunicaba caminando; formaba palabras con las letras que su mamá le ponía en la pared.
«La idea era que yo le iba a enseñar, pero en cuanto las puse ella empezó a escribir y me quedé en shock, porque no tenía idea de todo lo que ya sabía. Pensé que iba a escribir «mamá» o alguna otra cosa que hubiera visto en la escuela, pero la complejidad que alcanzó fue mayor».
De acuerdo con Teresa, “desde que (su hija) empezó a comunicarse, se le notaba que tenía un estilo muy bonito de escribir, y facilidad para expresar ideas muy claras”. Fue por ello que le propuso que alguna vez escribiera un libro. Cuando se presentó la oportunidad de entrar a un concurso de cuentos, Mary Tere pidió que la inscribieran, aunque finalmente lo que escribió fue un manual.
Manual contra la discriminación hacia personas con discapacidad
En el manual contra la discriminación hacia las personas con discapacidad que escribió Mary Tere Argüelles, se explica cómo comunicarse con una persona con discapacidad que no puede moverse.
El manual fue ilustrado por uno de sus familiares, y actualmente puede consultarse en su versión digital.
En el manual contra la discriminación hacia las personas con discapacidad Mary Tere señala que durante años «vivió siendo ignorada por muchas personas. Como no hablo, la gente piensa que si no contestas no tiene caso saludarte. Es por eso que he creado este pequeño manual».
En el texto, la autora explica cuestiones como la importancia de saludar siempre a una persona con discapacidad, a “no sentir pena” por ellas, a ser amable, y la importancia de no hablarles “como si fuéramos niños que no entendemos nada”.
Hace unos meses, Mary Tere registró su segunda obra literaria, “La emancipación de las almas”, en el que reflexiona sobre “la importancia de vivir plenamente”, aunque todavía no ha sido publicado.
Educación para una persona con discapacidad
El sistema educativo en México no cuenta con las condiciones necesarias para que puedan acudir a las aulas, ni con el personal capacitado. Además, el modelo con el que trabajan las escuelas públicas que atienden a personas con discapacidad es obsoleto.
En el caso de Mary Tere, ella ha asistido a escuelas «especiales», sin embargo, cuando la quiso inscribir en una escuela regular no tuvo «la mejor experiencia».
“Lo intentamos porque yo tenía la ilusión que tenemos todos los papás de la inclusión, pero la verdad es que la mandamos a la guerra sin fusil, no estaba bien preparada y, aunque fue un año de mucho aprendizaje, no fue la mejor experiencia”.
Le fue complicado la validación de conocimientos con documentos, y en la SEP les dijeron que debían acudir a algún plantel en el que les ayudaran a revalidar materias.
Tal fue la complicación que mejor la inscribieron a la educación en línea, pero tuvieron que esperar dos años para comenzar a estudiar la primaria, pues la edad mínima que piden como requisito son los 10 años en el Instituto para la Educación de los Adultos (INEA).
En menos de un año, Mary Tere terminó sus estudios de primaria, y actualmente se encuentra a la espera de inscribirse en secundaria. A pesar de que dice que el no poder acudir a una escuela regular es un «acto de discriminación» ella está contenta y espera terminar una licenciatura.
