Por Alejandra Ramírez
En los Juegos Paralímpicos Londres 2012, la velocista en silla de ruedas Marieke Vervoort, ganó dos medallas en las pruebas de 100 y 400 metros y en 2015, se alzó como campeona mundial en Doha. Sin duda es un ejemplo y una inspiración para todos, especialmente para aquellas personas que han sufrido algún accidente o enfermedad que haya dejado secuelas en su cuerpo.
Sin embargo, a sus 37 años, Marieke ha declarado que su enfermedad continúa empeorando y el dolor intenso la ha llevado a recurrir a la morfina para pasar el día, por lo que tomó la difícil decisión de terminar con su vida y arregló los trámites legales necesarios para someterse a suicidio asistido después de su participación en los Juegos Paralímpicos Río 2016, que se llevarán a cabo del 7 al 18 de septiembre.
En entrevista con RTL Radio, la atleta declaró que el dolor físico que sufre es insoportable y le dificulta entrenar, ya que ha dejado de tener la fuerza necesaria para resistirlo. “La gente siempre me ve sonriendo y haciendo deporte, pero no ve lo que pasa cuando estoy en casa”, señaló en declaraciones retomadas por el diario El País. Esa es la doble vida que ha llevado y que ya no puede mantener.
La polémica alrededor de temas como la eutanasia y el suicidio asistido no es nueva, aunque recientemente Hollywood la ha despertado nuevamente gracias a algunas de sus producciones, que han sido criticadas por fomentar la idea de “las personas discapacitadas están mejor muertas”. El caso de Marieke aborda este mismo debate bajo una nueva perspectiva: ella es una mujer exitosa que supo hacer frente a su enfermedad y darle un nuevo significado a su vida, no obstante, su cuerpo se agota y su cansancio es evidente por lo que ha ejercido su derecho a elegir. ¿Tenemos derecho a juzgarla sea cual sea nuestra postura en el tema?
Posiblemente la eutanasia y el suicidio asistido nunca estén libres de polémica; en la gran mayoría de los países estos temas continúan siendo considerados tabúes. Bélgica es una de las naciones donde está legalizada la eutanasia desde 2002 y hace dos años se aprobó que los menores de edad también tengan derecho a tomar esta decisión, un hecho que ha escandalizado a más de una persona ya que se tiene la percepción que un niño no siempre tiene la madurez suficiente para tomar estas decisiones.
En México, ni la eutanasia, ni el suicido asistido están legalizados. Lo único que está permitido en el marco de la ley es lo que se conoce como ortotanasia o muerte digna; esto quiere decir que una persona con una enfermedad terminal tiene el derecho a rehusar medicamentos o tratamientos médicos que prolonguen su vida. De igual manera, existen las Leyes de Voluntad Anticipada, documentos legales que dejan instrucciones a familiares y doctores de no prolongar la vida por medios artificiales, en caso de que la persona se encuentre incapacitada para hablar por ella misma.
Aunque las competencias en Río serán su último evento deportivo, Marieke Vertoov ha expresado su deseo de cumplir otras metas antes de someterse a esta práctica.
“Quiero que lancen mis cenizas en Lanzarote, donde la lava se une con el mar. Un lugar que me transmite paz y tranquilidad. Quiero terminar allí”, declaró.
