La iniciativa que prohíbe el uso de animales en los circos, y que será una realidad en cuanto se publique en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, dejará en la orfandad y en la miseria a más de dos mil quinientos animales de diferentes especies, algunas de ellas en peligro de extinción, como el jaguar y otros, advierten dueños de circos, entrenadores y ciudadanos.
Dichos ejemplares, entre los que hay hipopótamos, tigres, dromedarios, caballos, canguros, y otros, pertenecen a 180 circos y están debidamente registrados ante la SEMARNAT, y al ser desalojados de las carpas quedarían desamparados, pues su manutención y cuidados son muy costosos, por lo que los circos, al verse económicamente afectados no los podrán mantener, señaló el Armando Cedeño, Presidente de la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo.
A los animales les resulta difícil adaptarse a una vida fuera del circo. Algunos mueren de tristeza al separarse de sus entrenadores y del medio al que están acostumbrados, como ocurrió en Argentina luego de que los circos trasladaron sus animales a los zoológicos, indicó.
En los campos, corren peligro, porque algunas personas suelen agredirlos al considerarlos como depredadores; a principios de este año, la jaguar Corazón fue quemada en su propio hábitat por un grupo de campesinos en el estado de Sonora, añadió.
El diputado Alejandro Ojeda del PRD, uno de los que no apoyaron esa iniciativa, “las personas que nos abstuvimos de votar a favor de esa iniciativa no es porque estemos contra la protección a los animales, pero no aprobamos los proyectos del Partido Verde, enfocados únicamente contra un sector de los espectáculos y sin considerar elementos como cuánto tiempo se requiere para adaptar a los animales de los circos a otra forma de vida”.
Lamentó que algunos legisladores se hayan prestado a la “pantomima” de un partido minoritario.
“Yo dudo que los animales estén mejor ahora nadie que nadie cuida de ellos. Los que sí se benefician al promover leyes absurdas son los políticos convenencieros y perjudiciales; obviamente quieren llamar la atención y sobrevivir alentando esas leyes”, señaló un chofer privado entrevistado en la avenida Cuauhtémoc.
Una señora de aspecto aristocrático que transitaba por un parque del sur de la ciudad, en compañía de varios perros, comentaba: “Esa nueva ley no sólo es una tontería sino también es cruel para los propios animales y para sus dueños; si uno logra encariñarse con animales tan simples como los perros, imagínese lo que será con los majestuosos felinos que se presentan en los circos”,
Prosiguió: “Deberían obligar a los diputados que aprobaron esa ley a que de su bolsillo cubran los gastos para el cuidado de los animales que estaban en los circos”.
Un estudiante, señaló: “Resulta increíble cómo una moda mal entendida, como la de la prohibición de los animales en los circos, logre influir a tanta gente, que de manera irreflexiva apoya esas prohibiciones; hay que pensar que hoy en día los animales supuestamente salvajes están más protegidos en los circos que en su propio hábitat, donde frecuentemente se enfrentan con la acción incontrolada y destructora del ser humano”.
Fuente: La Jornada