Son las 8:30 pm en la ciudad de México. Es sábado y la gente se prepara para disfrutar su fin de semana. Pero antes, se apagan las luces. Durante una hora, edificios emblemáticos como el Monumento a la Revolución, empresas y casas particulares están a oscuras.
La misma escena sucede en Madrid, en Sidney y en otras cientos de ciudades de 130 países. Este esfuerzo que comenzó en Australia en 2007, es ahora un fenómeno global, al que se unen cada año más gobiernos, empresas y ciudadanos en un esfuerzo simbólico por darle un respiro al planeta. No se trata simplemente de apagar las luces, sino de comprometerse a realizar acciones durante todo el año para ahorrar energía.
El evento es organizado por WWF, una de las organizaciones más prestigiosas cuando de cuidado ambiental se trata. Por medio de Internet, la organización invita a los usuarios a contestar : «¿Qué serías capaz de hacer por el planeta?» y a ponerse una meta al respecto. En la página dedicada al evento para México, la famosa golfista mexicana Lorena Ochoa ha prometido regalar una playera y una gorra autografiadas si 4 mil personas cambian a focos ahorradores. Hasta ahora, 30 usuarios han aceptado el reto. Empresas como Mercado Libre, McDonald’s, Fiesta Americana, HSBC y Coca Cola aparecen también en la página como patrocinadoras.
Seis años después de su concepción, La Hora del Planeta es una de las acciones en contra del cambio climático más reconocibles y masivas a nivel mundial. El nuevo reto será llevar el sentimiento que generan esos 60 minutos a oscuras, ayudando al planeta, a una forma de vida los 365 días del año. Este es un compromiso que tanto empresas como gobierno y sociedad civil deben recordar a todas horas y no solo durante la fiesta internacional que es La Hora del Planeta.