A lo largo de sus más de 50 años de vida, Barbie ha sido estudiante, doctora, dentista, bailarina y hasta astronauta, acumulando más de 150 ocupaciones que la han consolidado como la muñeca profesionista por excelencia ayudándole a brindar millones de sonrisas y momentos inolvidables a varias generaciones de niñas alrededor del mundo. Sin embargo, no todo es color de rosa en el mundo de la gran estrella de Mattel, que en numerosas ocasiones ya ha sido fuertemente criticada por promover estándares de belleza poco realistas.
«Desde su creación, Barbie siempre ha dado poder a las niñas de ser quienes quieran ser… ella era astronauta antes de que Nail Armstrong llegara a la luna», aseguró Lisa McKnight, vicepresidente de Mattel en Norteamérica.
Los comentarios negativos alrededor de la muñeca se vieron intensificados tras su aparición en la portada de la revista Sports Ilustrated a principios de este año acompañando a modelos como Brooklyn Decker y Christie Brinkley en el marco de la campaña «Todo es posible», cuyo objetivo es precisamente defender a Barbie de las constantes críticas respecto a su cuerpo.
De acuerdo con el fabricante de juguetes, Barbie comenzó su carrera modelando trajes de baño y al igual que muchas celebridades de la vida real como Heidi Klum, Tyra Banks y Kathy Ireland ha evolucionado con el paso de los años en una multifacética mujer de negocios.
La campaña que incorpora el hashtag #unapologetic, llegó a su segunda fase con el lanzamiento de la nueva carrera de la muñeca como emprendedora. De acuerdo con información de AdAge, fue entonces que Barbie no sólo obtuvo su propia cuenta en LinkedIn, sino que incluso se dedicó a compartir las historias de ocho grandes empresarios de Silicon Valley.
McKnight ha asegurado que que Mattel continuará promoviendo a Barbie como modelo a seguir otorgándole el poder de ejercer cualquier profesión, por lo que no se esperan cambios en la estructura física que el juguete ha mantenido hasta ahora.
A pesar de los esfuerzos de la marca, las ventas de la polémica chica de plástico siguen disminuyendo aceleradamente ante la aparición de las versiones contemporáneas como Monster High, aunque por desgracia esto no parece deberse a la preferencia de los consumidores por modelos de belleza mucho más realistas.
