La última página en el drama de Mattel y los juguetes con plomo acaba de escribirse: la marca y su subsidiaria deberán pagar una multa de 2,3 millones de dólares por producir juguetes fabricados en China con niveles inseguros de pintura con plomo.
La implicación de la juguetera en el hecho de que algunos de sus productos tuvieran niveles no aceptables de plomo, pone el dedo en la llaga en el tema de su RSE, ya que si bien la marca reaccionó en el 2007 retirando dos millones de piezas de sus populares juguetes Big Bird, Elmo, Barney y Dora, entre otros, la pregunta real es ¿Cómo se permitió que sucediera?
Y es que la RSE no es RP y no debe ser reactiva, sino proactiva; lo que significa que debe estar involucrada no sólo con cómo se responde ante los errores y la presión, sino incluso con el desarrollo de producto.
Al parecer, ésta es la multa federal más elevada que se ha aplicado por una violación a las normas sobre pintura con plomo.
Mattel y su subsidiaria Fisher-Price estaban entre decenas de fabricantes que ganaron millones de dólares por la venta de juguetes fabricados en China en la temporada navideña del 2007.
Nuevamente… la RSE puede ser muy riesgosa si no se aplica estratégicamente.
Interesante es que haya sido nombrada una de las «World’s Most Ethical Companies» en 2009 por el Ethisphere Institute…
