McDonald’s ha anunciado que, a partir de finales de este mes de julio, en una medida de responsabilidad social, incorporará leche ecológica en sus menús para acompañar los cafés y tés que se ofrecen en sus 1.200 restaurantes de comida rápida de Reino Unido; toda el lacteo procederá de vacas británicas ecológicas.
Las vacas ecológicas no pueden estar estabuladas. Pasan el día pastando en el prado. No pueden comer cualquier cosa, su alimento debe ser ecológico y por supuesto, nada de transgénicos.
McDonald’s necesitará 8,6 millones de litros de leche cada año, una cuota que representa el 5% de la producción total de leche ecológica de Reino Unido.
Hasta la fecha, según la compañía, sólo utilizaba 500.000 litros de leche ‘bio’ anualmente, que se empleaban en las comidas de los menús para niños. Desde ahora, la empresa se convertirá en uno de los compradores más importantes de leche biológica.
Este giro de McDonalds hacia la comida orgánica en uno de sus productos, es un arma de dos filos, y es aquí donde se debe tener mucho cuidado al implementar la RS dentro de las operaciones de la empresa. Si bien la acción es benéfica directamente para los consumidores de la cadena y para la sociedad en general, se corre el riesgo de que organizaciones ecologistas critiquen fuertemente la medida aduciendo que la leche no es el core business de McDonald’s y que la acción debió realizarse para las hamburguesas y no los lácteos.
Sin duda alguna la decisión se llevó a cabo debido a que los consumidores europeos son más exigentes y piden productos e ingredientes saludables, una demanda cada vez más común en el mundo y por tanto una tendencia imparable. Sin embargo si bien ello presenta oportunidades, también grandes riesgos para quienes no ejecuten con estrategia.
[…] decisión a largo plazo. Hoy día no es raro encontrar ropa de algodón orgánico, frutos, vinos o leche orgánica (obtenida de vacas que pastan de forma […]