La realidad de al menos 2.3 millones de personas en México se traduce a un inexistente seguro social, falta de seguro de gastos médicos mayores, aguinaldo, reparto de utilidades y prima vacacional. Además, esta profesión tiene hoy a medio millón de trabajadoras domésticas sin empleo por pandemia.
El trabajo doméstico es uno de los más devaluados y durante la pandemia de los más afectados. Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi arrojan que en junio de 2019 se tenían 2 millones 283, 839 mujeres ocupadas en esta actividad, y un año después la cifra se ha reducido a tan solo 1 millón 834,039.
Una recuperación del mercado laboral totalmente nula y que va en el sentido contrario.
Trabajadoras domésticas sin empleo por pandemia
Cuida a quien te cuida fue una iniciativa impulsada por el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) y la compañía de entretenimiento Participant, cuyo propósito constó de sensibilizar a la sociedad mexicana sobre la difícil situación que millones de trabajadoras domésticas estaban viviendo en 2020 debido a la pandemia por COVID-19.
Sin embargo, parece que ni esta ni otras iniciativas tuvieron el resultado esperado. Si bien es una generalidad que el mercado laboral se vio afectado por el impacto que trajo consigo la emergencia sanitaria, los avances nulos que estamos viendo en este rubro tienen sesgos de género, ya que afectan en su mayoría a las mujeres.
Tomando en cuenta las estadísticas, a la fecha se encuentran sin estar activos casi 500,000 empleos de trabajadoras del hogar. Y justamente esta cifra coincide con la diferencia en el total de mujeres ocupadas; lo que sugiere que tampoco se movieron a algún otro sector o actividad laboral.
Este hecho sugiere que la profesión de miles de mujeres, si bien ya era infravalorada, la crisis las empujó a simplemente quedarse sin actividad laboral, tener ingresos nulos y ser de las últimas que han logrado reincorporarse a sus trabajos después del fuerte impacto de la emergencia sanitaria.
El trabajo doméstico es el que menor recuperación presenta, ya que tras el confinamiento, apenas se ha recuperado cerca del 25% de las bajas temporales.
En contraste con otros sectores como el de entretenimiento, turismo, restaurantes y hasta eventos deportivos, que podrían estar en niveles de 350% más empleos en relación con junio del 2020.
Una profesión en decadencia
En 2019 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) analizó la inconstitucionalidad de la exclusión de las personas trabajadoras del hogar del Régimen Obligatorio del Seguro Social, conminando al IMSS a efectuar un programa piloto que permita asegurarlas.
El objetivo de este programa creado por el IMSS era garantizar el acceso a la seguridad social a las personas trabajadoras del hogar, en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores.
Antes de la COVID-19, solo el 1% de las trabajadoras del hogar lograron ser afiliadas a dicho programa, empero el 99% no corrió con la misma suerte y estas continuaron trabajando sin tener acceso a ninguna prestación, para posteriormente enfrentar la crisis económica y laboral que trajo consigo la emergencia sanitaria.
Por si fuera poco, un informe realizado por parte de Oxfam México, las mujeres que ejercen esta profesión en condiciones informales tienen los sueldos más bajos, estos se encuentran entre 1,500 pesos mensuales, lo que no es ni equivalente al salario mínimo en México.
Un ODS que va en retroceso
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5: Equidad de género, emitido por la ONU tiene por objetivo lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, sin embargo, información de la Organización de las Naciones Unidas afirma que los efectos de la pandemia de la COVID-19 podrían revertir los escasos logros que se han alcanzado en materia de igualdad de género y derechos de las mujeres.
El brote de coronavirus agrava las desigualdades existentes para las mujeres y niñas a nivel mundial; desde la salud y la economía, hasta la seguridad y la protección social.
ONU.
Y medio millón de trabajadoras domésticas sin empleo por pandemia es una muestra perfecta de ello. De hecho las mujeres están desempeñando un papel desproporcionado en la respuesta al virus.
Las mujeres también se ven más afectadas por los efectos económicos de la COVID-19, ya que trabajan, de manera desproporcionada, en mercados laborales inseguros.
Cerca del 60 % de las mujeres trabaja en la economía informal, lo que las expone aún más a caer en la pobreza.
ONU.
No obstante, este sector trabajador ya se encontraba fracturado desde antes de la emergencia sanitaria, lo que se traduce a una falta general de acceso a prestaciones básicas como las que la ley establece para otras profesiones.
Actualmente gran cantidad de trabajadoras domésticas sin empleo se encuentran en busca de un sostén económico que les permita salir adelante a ellas y a su familia, y mientras que las iniciativas a su favor no generen resultados, el empoderamiento de las mujeres continuará siendo una simple utopía.