Hay órdenes de capturar al ex presidente de Fastweb, Silvio Scaglia, refugiado en Sudamérica, su sucesor Stefano Parisi, y el senador Nicola di Girolamo. Telecom Sparkle, dice el juez Algo Morgigni, es “un fraude colosal con mafiosos y cómplices”.
El magistrado denunció “perjuicios patrimoniales muy graves para el fisco”. El maxi-reciclaje de fondos asciende por ahora a € 2.000 millones, de los cuales apenas unos 39 millones han sido secuestrados en Milán. Las maniobras ilícitas representan quizá la mayor evasión impositiva de la historia italiana. Eso es mucho decir.
El expediente reúne ya 1.700 fojas, incluyendo cargos y pedidos de captura contra 56 implicados. Según los fiscales lombardos,”Fastweb y Telecom Sparkle habían armado una red donde participaban la ‘ndragueta y otras organizaciones delictivas. Pero los máximos responsables eran las cúpulas de aquellas dos firmas.
El sistema movía centenares de prestanombres –físicos o jurídicos- en el país y afuera. Todo giraba “en torno de triangulaciones y mecanismos de lavado similares al creado en 1973 en las Antillas holandesas”, explicaba el juez. De ese modo, la sociedad fantasma A, en el exterior, cede a B (firma local ficticia) tráfico telefónico libre de IVA. Luego B simula una transferencia a C (Fastweb, Telecom Sparkle), C revende a A y todo recala en fondos negros o puntos de lavado.
La geografía es clásica. Con Italia en el centro, tiene ramificaciones en Suiza, Liechtenstein, Luxemburgo, Austria, Gran Bretaña, Chipre, Dubai, islas Seychelles, Singapur, Hongkong, Panamá, “offshores” dentro de Estados Unidos e islas Caimán. La parte calabresa de la red estaba en manos del senador di Girolamo.
Este megaescándalo pone en la picota a los “muchachos áureos” de la mítica “nueva economía” en versión peninsular. Sólo la venta vía OPA de Fastweb a Swisscom le redituó a uno de ellos, Scaglia, € 695 millones, además de utilidades anteriores por 900 millones. Según el semanario Time, el selecto grupo en 2003 se componía de Scaglia –el “mago”-, Parisi y Riccardo Ruggiero, el “gurú”. Los tres fueron promovidos, en su momento, por el ídolo de Forbes, Marco Tronchetti Provera.
