En un momento en el que el mundo se está alineando detrás de las metas cero neto, nuevos datos muestran que todavía no se está en la dirección correcta, ya que de acuerdo con GreenBiz, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado un informe que muestra que las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía aumentaron un 6% en 2021.
El reporte señala que se alcanzaron unas 36,300 millones de toneladas de emisiones, dicho incremento compensa con creces el descenso de las emisiones en 2020, que algunos optimistas esperaban diera tiempo para abordar el cambio climático e impulsar una recuperación ecológica.
¿Se están perdiendo las metas cero neto?
La contaminación fue impulsada por las subidas en los precios del gas natural, que provocaron se quemara más carbón. Como un monstruo en una película de terror, la aparente muerte de este último combustible resultó una farsa, que sorprendió a muchos al verlo regresar.
Las emisiones del combustible más sucio del mundo, el carbón, alcanzaron su máximo histórico en 2021. El informe de la AIE expuso al gas natural como un villano climático ya que las emisiones se recuperaron por encima de los niveles de 2019 y las de metano se sumaron a la cuenta.
Este aumento se ha producido a pesar de que los 70 países —que representan más del 80% de las emisiones mundiales de CO2 y el 90% del PIB mundial— y más de 5,000 empresas se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones para 2050, en el marco de la campaña Race to Zero de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
¿Y por qué no se avanza?
Entonces, ¿qué pasa?, ¿cómo es posible que tengamos compromisos más ambiciosos que nunca y que, sin embargo, se vaya en la dirección equivocada? Un reporte de la organización de defensa de los accionistas As You Sow señala cómo una empresa puede tener compromisos ambiciosos y no avanzar.
El informe, titulado Road to Zero Emissions, analiza los datos de 55 de las mayores corporaciones de EE.UU. y califica sus progresos en función de tres pilares: la información sobre el clima, los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) y las disminuciones de GEI.
Los resultados informan que la mayoría de las acciones climáticas de las empresas aún no están alineadas con los objetivos climáticos globales. Entre los principales factores se encuentra el hecho de pasar por alto las emisiones enterradas en las cadenas de suministro y confiar demasiado en las compensaciones de carbono, en lugar de transformar las operaciones.
Asimismo, destaca que:
- Solo tres empresas recibieron una calificación global de «A». Microsoft, PepsiCo y Ecolab recibieron ese reconocimiento. Tres cuartas partes obtuvieron una calificación de «D» o inferior, y en el último lugar: Tesla.
- Dos empresas, Apple y Microsoft, tienen objetivos de alcance 3 alineados con el 1.5 Cº. Las emisiones de alcance 3 se refieren a todas las que están fuera de las operaciones directas, incluidas las asociadas con la cadena de suministro de fabricación y suelen representar la mayoría de las emisiones. Esta omisión significa que la mayoría de las corporaciones no están aprovechando su poder de compra para descarbonizar.
- Seis empresas (Microsoft, PepsiCo, Ecolab, Alphabet, Prologis y Abbott Laboratories) recibieron una «A» por sus reducciones de emisiones coherentes con el 1.5 Cº, la metodología incluía la reducción de las emisiones de los alcances 1, 2 y 3.
- Cero empresas recibieron una calificación de «A» en la fijación de objetivos. Esto se debe a que la metodología exigía un cero neto para 2050 con un uso limitado de compensaciones de carbono. Las directrices de los sistemas de validación de terceros indican que las compensaciones solo deben utilizarse para las emisiones residuales, que deben representar menos del 10% de las totales.
Momento de actuar
Las empresas pueden tener una enorme influencia en la consecución de los objetivos climáticos, ya que a menudo operan a nivel internacional y se mueven en entornos de política climática diferentes.
Del mismo modo, poseen la capacidad de influir y descarbonizar las cadenas de valor de maneras a menudo invisibles para los clientes y fuera del alcance de la jurisdicción política, y son cada vez más sensibles a la exposición de la reputación climática, queriendo estar en el lado correcto de la historia.
Pero los informes publicados recientemente muestran que no se está trabajando de forma adecuada en el camino hacia un futuro climático seguro. De hecho, todo lo contrario, pues se han incrementando las malas prácticas.
Los compromisos climáticos que pretenden mantener el statu quo no lograrán que se cumplan las metas neto cero por lo que se requiere que las empresas y los países adopten cambios y que la responsabilidad y la transparencia sean la guía para conseguir cuidar al planeta.