Para MetLife, una de las principales compañías aseguradoras en el mundo, su filosofía de ser un ciudadano corporativo responsable incluye no sólo programas para el bienestar de sus colaboradores y de responsabilidad social empresarial, sino también apoyo para el desarrollo de sus proveedores.
Luis Banck Serrato, director ejecutivo de Asuntos Corporativos de MetLife, comenta que están conscientes que el impacto económico y social de la empresa es grande, ya que es toda una comunidad de negocios la que forma parte del servicio que dan a los clientes finales y todos juegan un papel importante.
«Por ello queremos ser congruentes con nuestra filosofía y también apoyar a los proveedores que forman parte de esta comunidad, los cuales suman más de 600, en la que todos sus miembros comparten un compromiso por la excelencia en el servicio y por el bienestar de las comunidades donde tenemos presencia», explica.
A principios de 2008 MetLife vio en un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) -por medio del cual se fomenta tanto la mejora en los estándares de servicio por parte de los proveedores como los programas comunitarios- la forma de llevar su filosofía corporativa a sus proveedores, logrando que ellos también la implementaran y la vivieran. Fue entonces que decidió incorporarse al Programa de Evaluación y Desarrollo de Proveedores (PEDP) del PNUD.
«Este programa abarca muy bien lo que buscamos en nuestros proveedores. Queremos que sean más profesionales, que ofrezcan un mejor servicio, que sean más competitivas y que también sean más responsables con la comunidad. En resumen, queremos que sean más deseables y más deseadas», puntualiza el director ejecutivo de Asuntos Corporativos de MetLife.
Entre los requisitos que el Programa pide de las empresas participantes es que parte importante de sus proveedores sean pequeñas y medianas empresas, y en ese sentido aproximadamente 80 por ciento de los proveedores de MetLife pertenecen a ese segmento. «Por nuestra parte, quisimos que los primeros proveedores en el programa influyeran de forma directa en el servicio para que, a su vez, los clientes finales se vieran beneficiados de forma directa y oportuna», detalla.
El PEDP se basa en cuatro principios: precisión, o hacer bien las cosas a la primera; oportunidad, que se hagan justo cuando el cliente lo necesita; la mejora de costos, y la practicidad para el cliente. Las empresas patrocinadoras, en este caso MetLife, asumen los gastos de la evaluación y capacitación que reciben sus proveedores a lo largo de un año, las cuales están a cargo del PNUD, de forma independiente.
La Secretaría de Economía asume parte de esos costos con el fin de que los proveedores sean más profesionales, más competitivos y ofrezcan mejor servicio, con lo cual se abrirán más puertas a largo plazo. No obstante. MetLife participa de manera activa con sus proveedores antes y durante la primera etapa del programa por medio de juntas y reuniones en las que se habla, en conjunto, de cómo mejorar temas como servicio, comunicación y expectativas.
Normalmente, precisa Luis Banck, la relación entre una empresa y sus proveedores se inclina hacia un lado, donde el poder lo tiene quien contrata. En MetLife consideran que con programas como el PEDP se nivela la balanza y se trabaja para un trato más justo, donde ambas partes ganan.
«En ese sentido la primera generación de nuestros proveedores ya ha visto una mejora en sus procesos, un incremento en su competitividad y en algunos casos hasta han podido crear más empleos en sus propias empresas. Ganan los proveedores, gana MetLife, ganan las comunidades donde operamos y gana México», asevera el directivo.
Fuente: Reforma, Empresas, p.2.
Publicada: 30 de noviembre de 2010.
