Con el propósito de trabajar para afrontar y mitigar las severas consecuencias del impacto ambiental que tienen las actividades humanas, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático tiene como misión trabajar con gobiernos y otros actores para abordar esta problemática. Por lo que las naciones participantes se comprometen a contribuir para frenar el calentamiento global, en este sentido, México en la COP27 —que se está llevando a cabo en Egipto— ha anunciado ambiciosas aportaciones.
De acuerdo con la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González, se intentará pasar del 22% al 30% la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), la cual representa «los esfuerzos para reducir las emisiones nacionales y por adaptarse a los efectos del cambio climático», siendo esto una parte fundamental del Acuerdo de París.
Sin embargo, las intenciones de México en la COP27 no podrían ser tan fuertes, pues con una baja apuesta por energías renovables y la construcción de obras públicas con un alto costo para los ecosistemas, se quedarían en más promesas, como las que han hecho otros países en desarrollo.
La historia de México en la COP27 y otras ediciones
Desde 1992, cuando se formó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), creada para «establecer las bases para la acción internacional conjunta en cuanto a mitigación y adaptación al cambio climático», cuyo órgano máximo de decisión son las COP, México se adhirió a este. Incluso fue sede de la COP16, realizada en Cancún, lo cual demuestra que se ha mantenido activo en este espacio de debate y negociación ambiental.
Una de las participaciones más fuertes fue durante la COP21 en París, en la que el grupo representativo estuvo liderado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto, y en la que México se comprometió a:
- Reducir las emisiones de carbono negro en un 51% hacia el 2030.
- Disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 22%, de manera no condicionada, es decir, con recursos propios, al 2030.
- Incrementar la capacidad adaptativa de la población ante el cambio climático.
- Aminorar la alta vulnerabilidad a los efectos de éste en 160 municipios.
- Alcanzar la tasa cero de deforestación en 2030.
- Generar sistemas de alerta temprana ante eventos climatológicos extremos.
Lo anterior representó la NCD de nuestro país, la cual debería aumentar con el paso del tiempo, pero en 2020, año en la que se efectuó una actualización, México solo refrendó su compromiso con las metas antes descritas. Debido a esto, el Climate Action Tracker (CAT) describió la NCD nacional como altamente insuficiente, lo que se traduce que lo que contribuye no es coherente con mantener el calentamiento global limitado.
Con este panorama, el hecho de que México en la COP27 esté prometiendo aumentar la atención y las cifras de ciertos parámetros de su NCD, puede resultar contradictoria y simplemente un cúmulo de intenciones que se alejan de las acciones.
En esta edición de la COP, México planea ir por más
Como lo reporta Aristegui Noticias, México en la COP27 ha presentado una propuesta en la que incrementará su NCD, pasando de disminuir el 22% sus emisiones GEI al 30%, esto a través de financiamiento y medidas propias. Además de ponerse una meta condicionada que aumentará de 36% al 40%, esto en favor de amortiguar las afectaciones climáticas a las comunidades vulnerables.
Sin embargo, en cuanto a las emisiones de carbón negro, uno de los elementos más contaminantes, la nación se mantendrá con lo estipulado en 2015: 51% en forma no condicionada y 70% condicionada. Esto parece ser un freno importante a la contribución climática, aunque la titular de la Semarnat, expresó que se tomarán más de 40 medidas en todos los sectores productivos para conseguir una reducción de 88.9 millones de toneladas de carbono para 2030.
Con estos objetivos, además de señalar los avances en cuanto a la creación de áreas protegidas que contribuyen al bienestar ambiental, el impulso a la movilidad eléctrica y renovable, la promoción del teletrabajo, como apoyo para reducir los efectos adversos de traslado, y la regulación en sectores industriales.
¿Será posible?
Pese a que se aumentó el NCD para México en la COP27, lo cierto es que el país ha estado enfrentando diferentes retos que implican directa o indirectamente las cuestiones climáticas, y es que en la administración actual, los combustibles fósiles volvieron a tomar un impulso, posicionándose como un aspecto fuerte en el plan económico, muestra de ello fue la inversión en la refinería Dos Bocas o el rescate de las finanzas de Pemex.
De igual manera, el proyecto del Tren Maya podría representar otro punto que impacta en avance de los compromisos climáticos de México, debido a que se ha analizado que existen varias problemáticas en torno a este proyecto al que se le han destinado recursos, priorizando su término.
Asimismo, la nación no se ha caracterizado por impulsar la materia ambiental, pues en 2020 se brindaron 31,348 millones de pesos a este sector, lo que deja desprotegidas a las tareas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales (Conanp) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Otro punto que puede afectar al NCD es la dependencia que se tiene a los hidrocarburos, puesto que más del 90% de la energía eléctrica se genera a partir de ellos, lo que incrementa las emisiones contaminantes, y no se ha incentivado alternativas para aminorar el uso de estos combustibles fósiles.
Por lo que los pasos hacia cumplir con lo que ha expresado México en la COP27 pudieran estar condicionados a muchas complejidades, que sin duda en los siguientes años tomarán gran relevancia entre más se acerque el 2030, fecha clave para mirar qué se ha conseguido para salvar a nuestro planeta.