La producción y consumo de alimentos orgánicos ya no es moda, sino una alternativa para la salud. De los 162 países que producen de forma orgánica, México ocupa el octavo lugar, con una superficie de 600 mil hectáreas y genera divisas por 600 millones de dólares, se destacó en el Encuentro de Productores, Procesadores, Comercializadores y Consumidores de Productos Orgánicos.
La mayoría de las 170 mil personas que se dedican a dichos cultivos son pequeños productores que se localizan fundamentalmente en la región sur-sureste del territorio nacional, y desde hace poco más de tres décadas se han organizado para obtener certificados internacionales, ya que 80 por ciento de su producción se exporta a Europa –principalmente Alemania–, Estados Unidos, Canadá, Japón Australia, Nueva Zelanda y Asia, entre otros, puntualizaron Laura Gómez Tovar, investigadora del Departamento de Agroecología del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias para el Desarrollo Rural Integral (CIIDRI), de la Universidad Autónoma Chapingo, y Taurino Reyes Santiago, director ejecutivo de Certificadora Mexicana de Productos y Procesos Ecológicos (Certimex).
Son los pequeños agricultores los que están cultivando de manera orgánica, la mayoría de ellos están en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Campeche, Tabasco y Veracruz. Dicho tipo de producción está ligada a la geografía de la pobreza y la biodiversidad, apuntó Laura Gómez Tovar.
Explicó que la mayor parte de la producción orgánica –café, miel, aguacate, hortalizas, miel de agave, ajonjolí, mango y frutillas, entre los 50 productos con dichas características– se exporta, porque en el mercado nacional aún son pocos los consumidores. Han pasado poco más de tres décadas a partir del inicio de la producción orgánica, pero la gente aún prefiere las mercancías convencionales; lograr que los consumidores elijan un bien más sano y nacionalista tomará tiempo.
Presión de transgénicos
Agregó que el reto es cuidar la generación orgánica, ya que está en permanente riesgo por las presiones de las siembras de transgénicos. También consideró indispensable que el gobierno no sólo acredite agencias –a la fecha, de las más de 20, nueve están acreditadas por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Sensaica)–, sino que vigile su trabajo, y que las autoridades logren que el sistema nacional de certificación sea reconocido por los países a los que se exporta, y con ello reducir los pagos que se hacen en la materia a cada nación.
Taurino Reyes Santiago, director ejecutivo de Certimex –empresa que se fundó en 1997 por iniciativa de los pequeños productores que ya exportaban–, apuntó que han certificado 200 empresas que involucran a 30 mil productores, y entre 70 mil y 80 mil hectáreas. El año pasado se exportaron 13 mil toneladas de jugo de naranja, miel de abeja, ron, amaranto, mango, mezcal, limón mexicano y persa, café y pasta de chile habanero, por un valor total de 180 millones de dólares, principalmente a Europa.
El mercado internacional orgánico tiene un crecimiento dinámico, el de Estados Unidos es de 18 por ciento anual, el alemán y el francés son de entre 12 y 14 por ciento.
Fuente: La Jornada