México, Estados Unidos y Canadá pactaron coordinar sus políticas de desarrollo energético como parte de la cumbre trilateral realizada el miércoles, lo que implicaría monitorear las exportaciones fuera de la región y los niveles de producción, para no propiciar un desplome de los precios del sector.
“(Requerimos) apoyar el desarrollo sostenible, a medida que nos dirigimos hacia un futuro energético bajo en carbono”, afirmaron los mandatarios de los tres países en la declaración conjunta.
En el 2013, Estados Unidos importó petróleo por 279,134 millones de dólares, disminuyendo estas compras por segundo año consecutivo, que significaron una caída de 18.6% frente al 2011.
Un análisis de BBVA Bancomer concluyó que a pesar de los avances en tecnología de imágenes sísmicas y perforación en aguas profundas, algunos de los yacimientos petrolíferos no serán rentables si los precios experimentan una caída pronunciada.
“El aumento de la producción en el Golfo (de México) y en otros países con reservas podría propiciar un exceso de oferta indeseado, mientras que la creciente confianza del sector automotriz en combustible no fósil y en nuevas tecnologías podría reducir considerablemente la demanda de hidrocarburos”, proyectó el banco.
En ambos casos, disminuirían los incentivos para invertir miles de millones de dólares en yacimientos situados en aguas profundas.
Los mandatarios de México, EU y Canadá acordaron que sus ministros de Energía se reunirán este año para hacer estrategias comunes, entre ellas la de un “desarrollo responsable de recursos, que incluye estudios técnicos relevantes”.
Estados Unidos importó en el 2013 petróleo canadiense por 78,130 millones de dólares, un alza interanual de 5.8%, mientras que sus compras de petróleo mexicano fueron por 32,262 millones de dólares, una caída de 14.3 por ciento.
Un reporte del Institute of Americas consideró que conforme crezca la producción petrolera en EU, Canadá irá perdiendo su más grande mercado en este sector y tendrá que buscar alternativas, con la ventaja que posee la más corta ruta marítima de América a Asia. A finales de enero, Obama afirmó que empresas pretenden invertir casi 100,000 millones de dólares en nuevas fábricas que usan gas natural en su país. “El Congreso (estadounidense) puede ayudar poniendo a personal para trabajar en la construcción de estaciones de servicio que transformen más automóviles y camiones de petróleo extranjero a gas natural estadounidense”, dijo.
Fuente: El Economista