De acuerdo con el Banco Mundial, en 2020 se sufrió la peor recesión después de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, durante 2021 el Fondo Monetario Internacional (FMI) previó un crecimiento global de 6% y de 4.4% para 2022, y esta tendencia mundial se reflejó en 2021 con la noticia de que México recupera empleos.
Esta podría ser una de las mejores nuevas para iniciar el año, pero la realidad es que, aunque es cierto que el país ha visto un incremento en la empleabilidad, esta se ha hecho a costa de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
México recupera empleos… a costa de la RSE
De acuerdo con El Economista, en 2021 México recupera empleos que fueron perdidos durante 2020. El INEGI reportó en el último trimestre de 2021 un incremento de 5 millones de personas ocupadas frente al mismo periodo en 2020. Estas se distribuyen de la siguiente forma:
- Comercio: 1.3 millones.
- Restaurantes y servicios de alojamiento: 938 mil.
- Servicios profesionales, financieros y corporativos: 663 mil.
- Servicios diversos: 618 mil.
- Industria manufacturera: 490 mil.
- Micronegocios aumentaron en 2.7 millones.
- Pequeños establecimientos en 793 mil.
- Grandes establecimientos en 380 mil.
Sin embargo, la tasa de informalidad se ubicó en 56.5% durante diciembre del 2021. Esto significa que más de la mitad del crecimiento de empleos se ubica en la informalidad.
¿Qué implica la informalidad laboral?
La informalidad laboral o trabajo informal engloba todas aquellas ocupaciones y formas de producción, que son ejercidas por personas o empleados que reciben ingresos cuyas condiciones de trabajo no se encuentran reguladas por un marco legal.
Según el balance general de 2021, 6 de cada 10 trabajadores forman parte del empleo informal. Esto tiene repercusiones graves como las siguientes:
Precariedad laboral
Un factor clave para medir el tipo de empleos es la remuneración. Sin embargo, al crecer la informalidad laboral, también crece la precariedad. De acuerdo con los datos al cierre de 2021:
- Se incrementó la población que percibe de 0 a 2 salarios mínimos (4,251 pesos por mes). La población que perciben más de 5 salarios mínimos (21,255 pesos por mes) se redujo 0.3%.
- La población que percibe más de 5 salarios mínimos (21,255 pesos por mes) disminuyó 0.3%.
Para finales de diciembre México registró 56.9 millones de trabajadores activos. Y más de la mitad (33.9 millones) tienen salarios que no rebasan los 4,300 pesos mensuales.
Falta de seguridad social
De acuerdo con el Panorama de la protección social en América Latina y el Caribe: Avances y retrocesos ante la pandemia cerca de 2 millones de trabajadoras y trabajadores dejaron de aportar para:
- Una pensión, acumular semanas para un día jubilarse.
- Tener derecho a una incapacidad pagada.
- Acceso directo a los servicios de salud.
Situación que comparten 6 de cada 10 mexicanos y mexicanas que trabajan en la informalidad.
Por infortunio, todo ello es el resultado del contexto que se han manifestado a nivel global y nacional durante la crisis sanitaria.
El país en contexto pandémico
Recesión económica
La recesión económica se entiende como una reducción de la actividad económica. Es decir, disminuye la producción, el consumo y la inversión, en contraste aumenta el desempleo.
Con esto en mente es evidente que en el mundo se vive un «tiempo de vacas flacas» como se conoce popularmente a la recesión económica. Sus factores quedan claros, pues la pandemia obligó a disminuir la producción y también redujo el consumo (si bien no en todos los sectores sí en la mayoría).
Situación que vive nuestro país y que se ha reflejado en la pérdida masiva de trabajos.
Pérdida masiva de empleos
Según la ONU, la pobreza laboral ha vuelto a los niveles de 2015, lo que significa que estos años de recuperación en el rubro se han perdido gracias la contracción financiera resultado de la pandemia.
Además, se espera que la crisis económica causada por COVID-19 contribuya al desempleo mundial de más de 200 millones de personas en 2022, siendo las mujeres y los trabajadores jóvenes los más afectados. Y esto ya se ha visto reflejado en todo el mundo y en México.
De acuerdo al INEGI, entre marzo y abril del 2020 se perdieron 12.5 millones de puestos de trabajo en nuestro país, empero, los trabajadores informales absorbieron el mayor impacto. De la pérdida inicial en el empleo, 10.4 millones eran parte de la informalidad y 2.1 millones de la formalidad.
Medidas de austeridad
Sobre este punto es necesario hacer énfasis, ya que las medidas de austeridad que se han tomado en México también han repercutido en diversos niveles.
Benjamin Hill, especialista en temas de transparencia y combate a la corrupción, escribió un artículo para el Financiero, en donde afirma que las políticas de austeridad draconianas aplicadas en México limitan la capacidad del gobierno para cumplir con su responsabilidad e impiden el crecimiento económico.
De acuerdo con él, la austeridad y combate a la corrupción han sido «los dos badajos del péndulo discursivo de esta administración», además, las expectativas que se tenían de ahorro para el gobierno han sido excesivamente optimistas.
En palabras de Hill: «Abatir la corrupción puede generar algunos ahorros para el gobierno por la eliminación de sobreprecios en compra de bienes y servicios, y más ingresos en la forma de una mayor recaudación, pero quien paga la mayor parte de los costos de la corrupción son los ciudadanos, la sociedad».
Esto y más ha generado que las empresas hayan olvidado por completo su RSE, ya que al haber muchas personas buscando empleo y pocas oportunidades laborales, las condiciones en las que trabajan quienes tiene la oportunidad de hacerlo no son las óptimas, ni cumplen, en ocasiones, con lo establecido por la ley.
México recupera empleos: ¿Y la RSE?
La RSE es una visión de negocios que integra el respeto por las personas, los valores éticos, la comunidad y el medioambiente con la gestión misma de la empresa. Uno de sus pilares fundamentales y de mayor interés es el capital humano.
Sin embargo, la informalidad, salarios bajos y jornadas largas son una constante hoy en día.
El INEGI reporta que de la población ocupada 1.8 millones hombres (31.7%) trabajan más de 48 horas semanales, mientras de 892 mil mujeres (19.1%) labora ese mismo número de horas, este último dato sin tomar en cuenta el trabajo no remunerado en hogares (trabajo de cuidado).
Por si fuera poco, las empresas tampoco han cumplido con el pago de servicios que actualmente los empleados requieren al tener su jornada laboral desde sus hogares.
Al respecto, a finales de 2020 el pleno del Senado aprobó las reformas a la Ley Federal del Trabajo para avalar y regularizar en México el teletrabajo, también conocido como home office.
Con esto, los empleadores se verían obligados a asumir los costos derivados del trabajo a través de la modalidad de teletrabajo, incluyendo, en su caso, el pago de servicios de telecomunicación y la parte proporcional de la electricidad, sin embargo, hasta la fecha esta ley continúa sin aplicarse en la práctica.
Hoy México recupera empleos, pero las condiciones en las que lo está haciendo no son las más alentadoras, y probablemente tampoco lo sean en un futuro cercano si las empresas no comienzan a tener un verdadero compromiso social en el que se dediquen a erradicar los problemas en el rubro.
Muy buen artículo, hay que difundirlo para que la sociedad abra los ojos y tome conciencia y participación en las decisiones políticas del país.