México es el único país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que pierde sus bosques y selvas. Durante el periodo 2005-2010 se perdieron más de 155 mil hectáreas anuales de vegetación, lo que colocó al país en el lugar 21 mundial entre los que pierden partes de sus zonas forestales.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) 2013-2018, señala que la pérdida de ecosistemas no sólo tiene efectos sobre la biodiversidad, sino también implica la desaparición de oportunidades para aprovechar sustentablemente los recursos naturales y servicios ambientales, así como para proporcionar beneficios económicos a sus propietarios.
El capital forestal se encuentra en riesgo por la pérdida y la degradación de las zonas boscosas. De acuerdo con informes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los costos económicos del agotamiento de los recursos forestales, en 2011 sumaron 15 mil millones de pesos, es decir, 0.1% del PIB. Se trata de una cifra casi tres veces mayor que el valor de la producción en 2011, calculada en 6 mil 369 millones de pesos.
Entre 2001 y 2011, agrega, la producción maderable tuvo una baja cerca de 30%, ya que pasó de 8.1 millones a 5.7 millones de metros cúbicos de madera en rollo por año.
Casi 56% de las áreas naturales protegidas del país no cuentan con un programa de manejo publicado y en 25 de ellas hay conflictos por la delimitación de las zonas con serios procesos de degradación, por lo que es necesaria su revisión para confirmar su estado de protección.
Entre las plantas los grupos con más especies en riesgo son las cactáceas, orquídeas, palmas y agaves. En el caso de la fauna, los grupos con más especies en riesgo son los reptiles, con 54.4% de las especies conocidas en el país; aves, 33.5%; mamíferos, 45.2%; anfibios, 53.7%, y peces, 7.5%.
Fuente: Mundo Ejecutivo Express.