El cambio climático es un problema que debe verse de manera global y por lo tanto se requieren planteamientos y soluciones globales. Es aquí donde el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) se queda corto, sostuvo Carlos Gay García, investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM
El científico, quien participó en el reciente encuentro “Cambio climático: riesgos, adaptación y mitigación”, en el Senado de la república, en el que se discutieron los resultados y recomendaciones del quinto informe de evaluación de los grupos de trabajo del IPCC, señaló que es indispensable “tratar de enfocar nuestras baterías en hacer una síntesis de lo más trascendente (de la información) que ya tenemos”.
Ahora que ya existe evidencia, con 95% de certeza, que es la humanidad la que está provocando un acelerado cambio en la temperatura del planeta, es necesario abordar el problema y preguntarnos por dónde podríamos empezar, dijo.
Y es que el IPCC, con el propósito de no ser prescriptivo y no dar recetas, para Carlos Gay muestra limitaciones: “Es como si a un enfermo le dijeran de todas las cosas de las que se puede morir y no le dijeran cómo enfrentarlas; (o le dijeran) a ver tú qué haces”. Reconoció que hay mucho poder intelectual reunido en el IPCC, sin embargo, sugirió cambiar el formato porque al hablar de cómo hacer las cosas “empiezan a quedare en generalidades, en aspectos como reducir la vulnerabilidad, aumentar la resiliencia, reducir la exposición (…) aumentar no sé qué”, señaló el especialista de la UNAM.
México va lento
Según Gay García México va muy lento, “porque esto lo planteé hace 15 o 20 años y entonces ‘nadie me pelaba’. Han transcurrido 20 años en los que he estado machacando y apuntando hacia estas decisiones”.
El primer estudio lo publicamos en el 2000, dijo, en un libro titulado México: una visión hacia el siglo XXI. El cambio climático en México, un estudio que se realizó entre 1995 y 1996. “En ese texto ya se hablaba de potenciales impactos en México y si leemos lo que hicimos antes y lo que se estamos haciendo ahora le seguimos dando vuelta al asunto”.
De acuerdo con el texto, del que fue coordinador y coautor del primer capítulo, el primer paso para combatir el cambio climático se dio durante la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, cuando más de 150 países, entre ellos México, firmaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El libro agrupó en una sola publicación los artículos que constituían una síntesis de las investigaciones realizadas en torno a la vulnerabilidad de México ante el cambio climático global, con lo que se aportó una visión de conjunto de lo que podría suceder en México en el futuro cercano.
ALGUNAS ACCIONES
México sí está haciendo algo al respecto, dijo el especialista. Tenemos una Ley General de Cambio Climático, sin embargo, una de las contradicciones del país es considerar acciones positivas para contrarrestar el cambio climático y al mismo tiempo tener una reforma energética que considera en gran medida la explotación de combustibles fósiles como fuente de energía. Lo que tenemos que ver es “cómo podemos tener ley de cambio climático que sea congruente con una ley de energía”.
Otro de los problemas que el investigador reconoció es que no hay dinero etiquetado dentro de los presupuestos nacionales con destino exclusivo a cambio climático, por eso “tendríamos que reenfocar las intenciones y decir qué vamos a hacer con Villa Hermosa, con la península de Yucatán, con las costas del Golfo de México, con Palenque, con el Río Bravo y con las áreas protegidas”, por ejemplo.
También habrá que ver qué se va a hacer con la agricultura de temporal, con las energías renovables, o si vamos a seguir deambulando cuando hay muchos temas para concentrarnos, añadió, para luego decir que la Ley de Cambio Climático es un logro importante, así como las leyes estatales. “Son logritos, aún son los logros cosméticos. Nos falta entrarle a los problemas, al ordenamiento territorial, a las respuestas con respecto al agua, etcétera”.
Quien fuera asesor científico de México en las conferencias de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas Sobre Cambio Climático destacó además que “sabemos muchas cosas y habría que darles seguimiento, construir defensas para las costas del Golfo, como lo está haciendo Londres con el Támesis, como lo está haciendo Holanda con todo su territorio, o como lo está pensando hacer Nueva York. Porque ¿dónde están nuestros muros de contención, los nuevos códigos de construcción? Eso sería dinero dedicado para el cambio climático, resolver problemas por elevación del mar, o reabastecimiento de arena para las playas erosionadas…”
Fuente: El Economista
