Ciencia: Deben México y EU cuidar ejemplares en riesgo. Analizan el impacto en la línea divisoria para la conservación de unas 100 especies
El corredor fluvial del río Bravo, los arroyos San Carlos y San Antonio y los manantiales termales Boquillas son áreas prioritarias para salvaguardar al menos 115 especies de flora y fauna únicas de la frontera entre México y Estados Unidos.
Entre ellas destacan la mariposa monarca, la ranita de las rocas, el águila real, el halcón peregrino, el oso negro, el berrendo e inclusive el nopal.
De acuerdo con la «Evaluación de la Conservación para la Región Bid Bend-Río Bravo», ambas naciones deben permitir la protección de especies en riesgo.
«Se trata de un muy buen inicio para saber cómo cuidar la flora y fauna de la zona, sobre todo porque hay especies que ya son consideradas en peligro o amenazadas en México, pero que en Estados Unidos no estaban protegidas», consideró Gerardo Ceballos, experto del Instituto de Ecología de la UNAM.
Ahora que ya se tiene este primer diagnóstico, el especialista en conservación de la naturaleza ve necesario elaborar un plan de acción con metas cuantificables que permita mantener o incrementar los ejemplares en riesgo.
Ceballos indicó que es ideal compartir el trabajo de salvaguarda en ambos lados de la frontera, porque los problemas que afectan la zona son muy parecidos: contaminación, sobre-explotación de los recursos hídricos, introducción de especies invasoras y falta de programas de manejo.
El documento fue elaborado por la Comisión para la Cooperación Ambiental, integrada por especialistas del US National Park Service, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el US Fish and Wildlife Service y The Nature Conservancy.
Los investigadores refieren en el estudio que el trabajo enlista como prioritaria la conservación de 8 especies de invertebrados, todos los anfibios, 6 tipos de reptiles, 27 de peces, 28 de aves, 17 clases de mamíferos, 16 grupos vegetales, así como la preservación de ambientes acuáticos.
De acuerdo con Ceballos, un trabajo similar debió haberse realizado antes de que Estados Unidos construyera el muro fronterizo, pues ha empobrecido la diversidad genética y mermado las poblaciones de jaguar, puma, osos y otros animales que ya no pueden cruzar la frontera.
«El Gobierno mexicano no ha tenido una postura enérgica ante Estados Unidos para que se respeten los tratados internacionales y binacionales sobre la vida silvestre», enfatizó Ceballos.
El especialista sugirió replicar el ejercicio en las zonas donde aún no se construye el muro para que las autoridades tengan bases científicas, sociales y económicas para evitar el paso ilegal, pero sin dañar la naturaleza.
Fuente: El Reforma
