México y España han votado a favor del borrador final de la ISO 26000 aprobado la pasada primavera en Dinamarca.
La norma ISO 26000 pretende dar una orientación armonizada a nivel mundial sobre la responsabilidad social, de forma que el documento incluye conceptos y ámbitos sobre este campo de conocimiento.
De acuerdo con ISO, la norma, que no será certificable sino voluntaria, deberá ser una guía para proporcionar orientación sobre los principios básicos de responsabilidad social y la manera de integrar el comportamiento socialmente responsable en las estrategias, sistemas de prácticas y procesos de las empresas.
Una de las grandes expectativas que se tienen sobre este documento es que pretende ser útil para todo tipo de organizaciones interesadas en la RSE, sin importar si se trata de corporativos o PyMEs.
En este marco, la orientación de la guía está basada en las buenas prácticas ya existentes tanto en el sector público como privado, y desde la organización de estandarización se considera como coherente y complementaria a las declaraciones y convenciones de las Naciones Unidas y sus organismos.
En el proceso han participado 91 países y 42 organizaciones con estatuto de enlace por parte de ISO, bajo la dirección de los miembros de ISO en Brasil y Suecia. Para la elaboración se incluyeron a representantes de la industria, gobiernos, trabajadores, consumidores, ONG, e investigadores y académicos, con un equilibrio tanto geográfico como de género.
En el actual momento del proceso cada uno de los países, a través de sus comités espejo, están fijando su posición de voto para la aprobación definitiva de la Guía ISO 26000, proceso de votaciones que finalizará el próximo 12 de septiembre y para el cual, México y España ya se han declarado a favor.
Con esto, es muy probable que la ISO 26000, la tan ansiada norma, vea la luz antes de que finalice este mismo año.