En los últimos 25 años, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) pasó desapercibida para varios fondos internacionales por no tener los indicadores sociales y ambientales que exigen.
Para revertir esta situación, en diciembre de 2011 se lanzó el IPC Sustentable, un índice que da fe de las prácticas de sustentabilidad de 23 empresas mexicanas que ahora tendrán más oportunidad de ganarse un lugar en el portafolio de fondos de todo el mundo.
Las compañías que forman este índice podrán aprovechar un mercado que representa 15% del total de inversión global anual en todos los rubros. Para 2015, la inversión destinada a las empresas que cotizan en índices bursátiles de sustentabilidad será de 26.5 millones de billones de dólares en activos, según el estudio ‘From Niche to Mainstream’, realizado por Robeco y Booz & Company.
Posicionarse en ese mercado, les tomará tiempo. La publicación del IPC Sustentable sólo es el primer paso para volver a conquistar los fondos internacionales y, sobre todo, a los locales que aún no ven en la sustentabilidad corporativa un factor decisivo a la hora de invertir.
«La publicación de este índice será para muchos fondos mexicanos un primer paso para considerar estas variables en sus decisiones de inversión», afirma Mayra Hernández, directora de Responsabilidad Social de Grupo Financiero Banorte, una de las compañías que integran el índice.
En lo que los fondos mexicanos deciden sumar la inversión sustentable a sus portafolios, Banorte se acercará a fondos internacionales que sólo consideran empresas que forman parte de índices de sustentabilidad como los estadounidenses Domini y Calvert para atraer inversión.
Un índice para el mundo
En Estados Unidos, uno de cada ocho dólares colocados en Bolsa se destina a empresas seleccionadas por su desempeño ambiental y social, mientras que México apenas lanzó un índice que al hablar bien del comportamiento de sus emisoras, les da la posibilidad de acceder al capital de fondos extranjeros que de otra forma no invertirían en ellas.
Esto les implicó varios cambios. Peñoles identificó la importancia de hacer público su código de conducta, que antes sólo se daba a conocer hacia el interior de la empresa, explica Leopoldo Alarcón, director de Finanzas del grupo minero.
Para crear el índice, la BMV contrató a dos calificadores que compararon las prácticas de las empresas en materia ambiental, social y de gobierno corporativo, contra las más de 3,000 emisoras globales de 26 mercados que son analizadas para formar los índices sustentables globales.
Los calificadores fueron la Universidad Anáhuac del Sur, miembro de la Latin American Corporate Governance Roundtable de la OCDE, y EIRIS (Empowering Responsible Investment), la firma que estuvo detrás del Dow Jones Sustainability Index, del británico FTSE4good y del índice de Johannesburgo.
«No es un índice para México, sino para el mundo, porque los capitales son globales», afirma Catalina Clavé, directora de Información y Productos de la BMV.
Evolución constante
Un gran antecedente de la inversión socialmente responsable surgió durante el periodo del apartheid en Sudáfrica, pues de los años 70 a los 90, instituciones de todo el mundo evitaron invertir en firmas estadounidenses que operaban en el país africano porque no estaban comprometidas en reducir la discriminación. La falta de inversión llevó a un grupo de empresas, que representaban 75% de los empleadores de Sudáfrica, a redactar una carta para pedir el fin del apartheid.
Después, llegó Amy Domini, la responsable de fusionar el tema financiero con el social y ambiental cuando a inicios de los años 80, la corredora de bolsa estadounidense descubrió que algunos de sus clientes no se sentían satisfechos al invertir en grandes compañías de tabaco, o relacionadas con conflictos bélicos, y que la solución era generar un punto de referencia, algo similar al índice Standard & Poor 500.
Así nació el Domini 400 Social Index, un índice que agrupó 400 corporativos estadounidenses seleccionados con base en una amplia gama de temas sociales y normas ambientales.
El mercado de fondos de inversión que siguen una misión social o ambiental está en crecimiento. Entre los pioneros destacan Domini, Calvert Group y PAX World Fund, pero también están los que tienen una orientación fundamentalmente ambiental, como Green Century y New Alternatives, incluso hay los que consideran una prioridad en sus decisiones la ausencia de abuso hacia los animales, como es el Cruelty Free Value Fund, o los que invierten sólo en empresas cuyas políticas promueven el desarrollo de las mujeres, como el Women’s Equity.
Rezagados
Los fondos controlados por el gobierno, como los de pensiones, son grandes inversionistas que en varios países están siendo presionados por los ciudadanos para adoptar políticas que fomenten un comportamiento empresarial ético, el respeto a los derechos de los trabajadores y el medio ambiente.
En algunos países nórdicos, los fondos de pensiones están obligados a invertir exclusivamente en empresas que han probado ser buenos ciudadanos corporativos. El fondo de pensiones del gobierno de Noruega tiene el mandato de evitar las inversiones que puedan llevar el fondo a ser parte de actos poco éticos o violaciones a los derechos humanos.
En México, el ecosistema de inversión está rezagado, la mayoría de los fondos de inversión aún no consideran entre sus principales estrategias apostar por empresas que son reconocidas por su buen desempeño en sustentabilidad.
Los primeros fondos locales que podrían apostarle a esta variable son precisamente los de pensiones, pero no será muy significativa, pues sólo un pequeño porcentaje de los ahorros de los clientes de las afore es invertido en Bolsa.
Tan sólo 8% de los recursos de las afore está invertido en instrumentos de renta variable que cotizan en el mercado accionario local, según datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Ecosistema en construcción
Para detonar la inversión sustentable en los fondos de pensiones en México es necesario construir un ecosistema para que los inversionistas vean los beneficios de este tipo de inversión. Para ello, las empresas listadas deben fortalecer su reputación y se debe robustecer la transparencia.
Rafael Escobar y Cárdenas, analista de Vector Casa de Bolsa, considera que ya que en la BMV cotizan 134 emisoras, fueron pocas las compañías que lograron clasificar en el IPC Sustentable, pues empresas como Vitro, Bio-Pappel y Grupo Herdez no contaban con la bursatilidad suficiente para incorporarse al índice. «El reto es que más empresas sean certificadas tengan o no la liquidez necesaria para ser candidatas al índice de sustentabilidad», dice Escobar y Cárdenas.
El logro del IPC Sustentable es que puso el tema sobre la mesa, sin embargo, aún no será una herramienta para la toma de decisiones, dice Antonio Lloret, académico del ITAM.
En conjunto con la Universidad de California, el ITAM encuestó a 103 de las 500 empresas más importantes de México, según Expansión y encontraron que 60% considera que la adopción de prácticas sustentables ha impactado de manera positiva sus utilidades, y 63.5% estima que les ha ayudado a responder a las condiciones de nuevos mercados.
Pensando en que los fondos de pensiones serán los principales interesados, Lloret apunta que no todas las empresas listadas en el índice cumplen los requisitos que busca un fondo de pensiones, como ICA cuya acción es muy volátil.
La estrategia de inversión para un fondo de pensiones debe mezclar seguridad para permitir el cumplimiento de las obligaciones financieras a corto plazo y rentabilidad para generar fondos suficientes que hagan posible el cumplimiento de las obligaciones a largo plazo.
«La hipótesis es que pertenecer al índice sustentable debe fortalecer las empresas, sin embargo, en ningún índice de este tipo se ha demostrado que las empresas más responsables son las que dan mejores rendimientos, para comprobarlo es necesario trabajar en la transparencia», explica Lloret.
Unos días antes del lanzamiento del IPC Sustentable, el IPADE y la organización civil Gestión Social y Cooperación publicaron el primer Índice de Transparencia en Sustentabilidad Corporativa, el cual arrojó que sólo dos de cada 10 organizaciones evalúan expectativas o demandas de sus grupos de interés y que sólo 14% de las empresas informa sobre el cumplimiento de sus códigos de conducta, transgresiones a regulaciones, y posturas ante políticas públicas relevantes.
Un empujón para que arranque
Los próximos 12 meses serán importantes para definir el futuro y el potencial del IPC Sustentable.
«Estamos trabajando con la CNBV para que haga una recomendación a los fondos de pensiones en México para que inviertan en las empresas del índice, pues una empresa socialmente responsable tiene menos riesgos en el largo plazo», explica Luisa Montes, directora de EIRIS en México.
Íñigo Meirás, CEO de la empresa española Ferrovial, confirma que un índice de este tipo puede llegar a determinar una inversión. «Varios fondos de inversión en renta variable valoran positivamente el índice de sustentabilidad, te piden una estrategia clara, y si no están convencidos de tu compromiso, no te consideran como una opción para invertir por mucho que las cifras financieras sean atractivas», afirma. Ferrovial cotiza en el Dow Jones Sustainability Index.
Para Jaime Álvarez Meyer, director general de Asset Management de BBVA Bancomer, el IPC Sustentable tiene el potencial necesario para jugar un papel importante dentro de la banca patrimonial, pero también de la personal. «Sin duda, en México se seguirá el mismo camino de otros países y los fondos de pensiones voltearán a ver al nuevo índice como una opción adicional, pues aporta una gran transparencia y confianza en los rendimientos a largo plazo». No obstante, es pronto para pronosticar cifras y fijar metas.
Analistas vaticinan que si los fondos de inversiones o de pensión en México no generan nuevas estrategias pensando en las emisoras del índice verde, es probable que los fondos extranjeros se les adelanten y les roben el mercado.
Fuente: Cnnexpansion.com
Por: Leticia Gasca Serrano
Publicada: 23 de enero de 2012.
Es evidente que las empresas del Indice de Empresas Sustentables de la BMV son más rentables que el IPC