Escribo esta breve crónica con la indulgencia de los lectores ya que no soy propiamente un escritor, sin embargo espero pueda compartir un poco del mensaje que yo recibí de esta experiencia y dejo este testimonio para quién le sea de utilidad.
Cuando trabajas 12 horas al día de lunes a sábado para tratar de sacar adelante proyectos culturales, invariablemente te pierdes de algunas cosas que pasan en este mundo, de tal forma no tenía la menor idea de que Michelle Obama planeara una visita a México.
Todo inició cuando me pidieron una copia de mi IFE para un evento con la Sra Michelle Obama, yo pensaba que era para la conferencia que dictó en la Universidad Iberoamerica (Ibero) a la cual asistí. Sin embargo al llegar a la Ibero me llamaron para darme instrucciones de presentarme al otro día en un punto donde nos llevarían a la Hacienda de los Morales.
En el patio de la Universidad Iberoamerica escuché el discurso de la Sra. Obama y en ese momento no me quedó la menor duda que ella era el ejemplo viviente del logro, de la constancia y de un corazón abierto. Con 15 minutos de discurso y un profundo silencio mientras relataba su experiencia, Michelle Obama logró inspirar a niveles profundos a los más de 3 mil jóvenes que ahí estábamos. Antes de eso, la figura de la Sra. Obama no representaba para mi algo más significativo que la de alguna otra persona, la política y los políticos son un tema al cual no sólo no doy ninguna importancia sino que tengo una vacuna contra ellos. Sin embargo al compartir ese tiempo y ese espacio con Michelle Obama, tuve la certeza de que ella no era una mujer política, sino una líder, una mujer de verdadero éxito personal y una presencia que sólo había sentido con personas espiritualmente desarrolladas. El momento más intenso fue cuando terminó su discurso en la Ibero diciendo: “3 simple words SÍ SE PUEDE, yes we can”.
Sabía que iba a verla de nuevo al siguiente día, pero no sabía bajo que condiciones ni siquiera si sería en el lugar que dijeron ya que habían estado cambiando la ubicación por cuestiones de seguridad, me imaginaba que sería una reunión para unas 100 o 200 personas.
El 15 de abril me pidieron estar muy temprano en el punto de reunión, ahí estaban varios jóvenes que había visto el día anterior en la conferencia en la Ibero, saludé a Mar (una de las invitadas) bromeamos un poco y a la hora exacta el transporte llegó por nosotros, en el camino fui conociendo algo de lo que aquellos 12 jóvenes hacían por transformar aquello que percibían necesitaba ser transformado en este país. Mientras hablábamos de nuestros proyectos, varios manifestaron estar nerviosos pero yo no entendía porqué. Seguía sin saber realmente que era lo que iba a pasar.
Al llegar a la Hacienda de los Morales nos pidieron permanecer en la entrada unos momentos y luego entramos al salón principal donde nos recibió el dueño del restaurante, de pronto entendí la magnitud de todo aquello. Una gran mesa con 13 lugares dispuestos, una valla y 30 reporteros detrás de ella. ¡Seríamos nosotros los únicos en el desayuno!
Nos dieron algunas instrucciones logísticas y nos pidieron hacer un ensayo para las posiciones en la foto oficial. Sofía (otra de las invitadas) estaba muy nerviosa ya que le tocaba dar un discurso oficial y se paraba a repasarlo a cada rato, era muy divertido. Por cierto, debo confesar que todos le llevaban regalos a la Sra Obama menos yo =)
En ningún momento nadie nos limitó en nuestros discursos, nunca nadie siquiera sugirió que hubiera temas prohibidos, tuvimos total libertad de decir lo que quisimos decir.
El ambiente era relajado y totalmente cordial, los 12 jóvenes estábamos platicando muy animadamente mientras comíamos fruta cortada en círculos sobre una media piña que servía de plato, de pronto se escuchó el accionar de los flashes cuando como un fantasma sin saber de donde vino, aparece Michelle Obama caminando hacia nosotros, saluda de mano a Sofía y a Ukeme y toma asiento.
Nos dice que ha venido a escucharnos, que nosotros somos los “movers and shakers” de México (lo cuál me hace sonreír) y que le interesa mucho lo que tengamos que decir. Ukeme habla y agradece el estar aquí y luego Sofía toma la palabra para compartir su experiencia (el discurso por el que estaba nerviosa) el cuál por cierto le sale magnífico.
Michelle Obama nos pide que sea una mesa de trabajo informal y que participemos y tomemos la palabra cuando lo sintamos correcto. La primera en hablar es Maritza quién va a construir el parque temático ecológico más importante de América Latina en su natal Mérida.
Mientras cada uno va tomando la palabra, Michelle asiente regularmente, unas veces más que otras para coincidir en la verdad que se está abordando. Luego habla Olivetti quién va vestida de Tehuana y quien desde antes de que llegara la Sra Obama había derramado unas lágrimas de la emoción, cuando toma el micrófono esta misma reacción le sucede y convierte su discurso en algo emotivo y proveniente del corazón. Todos reímos cuando le dice a Michelle “la he visto bailar en la tele y sé que baila muy bien, por eso me gustaría verla bailar en la Guelaguetza.” Ella fue quien le pidió a Michelle el abrazo que todos deseábamos darle y que se materializó al final del desayuno.
Otra de las confesiones que debo hacer y muy a mi pesar, es que yo era el más viejo de todo el grupo, tengo 26 años. Los demás fluctuaban entre los 19 y los 24. Por cierto soy fan declarado de todos los jóvenes líderes que estuvieron en esa mesa, ellos son mis maestros, ellos son mi guía y si a alguien puedo seguir es a ellos. Se los dije ayer y se los digo ahora, tomen lo que quieran de mí, tomen lo que quieran de mi trabajo, todo es suyo. Ustedes jóvenes líderes emanan el amor y el método que se necesita para romper obstáculos y transformar paradigmas.
Una hora estuvo con nosotros, escuchando principalmente y de vez en vez comentando algo al respecto, todas sus palabras provenían de la más pura y total experiencia. “Sé lo que es esto, siempre he sido la única mujer, la única mujer de color, la más joven, bueno eso cada vez menos, pero sé lo que es. Y prepárense porque ustedes están trabajando para otros, su esfuerzo quizá no será reconocido ahora y tendrán que luchar mucho, pero están construyendo a largo plazo. Ni Barack ni yo veremos en esta vida la solución a todos los problemas, por eso es su responsabilidad seguir haciendo lo que hacen. Estando en Haití me di cuenta que la destrucción es lo que sucede en un minuto en cambio se lleva años el construir las cosas.” Aunque lo pongo entrecomillado no fue así textual como lo dijo, lo comparto como lo recuerdo.
A todos nos dio oportunidad de hablar, de hecho cuando uno de sus asistentes se acercó para decirle que era hora de irse, la señora Obama dijo un claro y fuerte “NO, todavía falta una persona por hablar”
Lo que los demás dijeron y lo que yo compartí en esa mesa es algo que se verá reflejado en nuestro trabajo diario, en general son historias de constancia, de entrega total y de mucho trabajo.
Al terminar el desayuno y antes de posar para la foto, Michelle Obama repartió profundos y sinceros abrazos a cada uno de nosotros, siempre atenta a lo que quisiéramos decirle y siempre sonriendo. En ese salón había 13 cómplices que compartían una mutua admiración y entendimiento. Fue un gran momento para ser vivido.
Con cada célula de mi cuerpo estoy seguro que ahora mi trabajo se incrementa y mi esfuerzo se vuelve cada día más impecable, porque es lo que deseo, porque no estoy solo y porque SI SE PUEDE.
Gracias infinitas al Premio UVM, a Ukeme (Óscar), Olivetti, Sofía, Maritza, Mariana, Alberto, Mar, Gabriel y a quién estuvo presente ayer y a quién por mi mala memoria no puedo poner sus nombres. Ellos son los “movers and shakers” de este mundo.
Me gustaria saber el nombre y apellido del chico que narra esta experiencia
saludos
Cristina Renaud