El científico Michio Kaku opina que la Cumbre del Clima en Durban es esencial, pero huye del catastrofismo porque está convencido de que “de aquí a 10 o 20 años” se producirá un giro radical
El científico estadunidense Michio Kaku entiende que hayan sonado todas las alarmas y opina que citas como la Cumbre del Clima de la próxima semana en Durban, Sudáfrica, son esenciales, pero huye del catastrofismo porque está convencido de que el calentamiento global es sólo un “problema temporal”.
“De seguir así las cosas puede que el mundo acabe perdiendo Venecia y que se tengan que levantar diques para salvar Nueva York o San Francisco, pero lo del calentamiento global es sólo un problema temporal”, afirmó ayer en una entrevista el respetado profesor de la Universidad de Nueva York.
Kaku sabe que sus afirmaciones son polémicas porque al hablar del medio ambiente el pesimismo y el catastrofismo se han apoderado del discurso público, pero el divulgador de origen japonés cree a pie juntillas que “de aquí a diez o veinte años” se producirá un giro radical gracias a la propagación de nuevas energías verdes.
“Algunos creen que habrá crudo para siempre y que por ello los gases de efecto invernadero acabarán destruyendo el mundo, pero dentro de 10 años se materializará la transición hacia la energía solar y en 20 estaremos hablando de energía de fusión, por eso el peligro está en los próximos 10 años”, subrayó Kaku.
El escenario para la próxima década, según el científico, considerado el Julio Verne de la era digital por sus vaticinios, es un mundo donde las energías alternativas como el biocombustible, la eólica o el gas natural seguirán compitiendo para arrebatarle el puesto al petróleo. “Después será mucho más barato producir energía solar o incluso de fusión dentro de 20 años, por eso digo que lo del calentamiento global es sólo temporal”, indicó el profesor, que habla de este y otros asuntos en su libro La física del futuro.
Magos y dioses
Cuando le preguntan cómo será el mundo del próximo siglo, el profesor Kaku sonríe mientras responde: “Si nuestros abuelos y bisabuelos nos vieran ahora, con internet, teléfonos móviles y los adelantos tecnológicos, pensarían directamente que somos magos, pero nuestros nietos y biznietos serán dioses griegos”.
Zeus controlaba las cosas con la mente, Venus tenía un cuerpo perfecto y Apolo surcaba los cielos en un carro celestial, recuerda Kaku, quien vaticina que las próximas generaciones moverán objetos con la mente, los avances médicos permitirán cuerpos “casi perfectos” y lo de los coches voladores ya es sólo “cuestión de tiempo”.
“Los magos de ahora sólo tienen el poder sobre las cosas, pero los dioses tienen el poder sobre la vida y la muerte, y para el año 2100 tendremos esos poderes, lo que nos convertirá en los dioses que alguna vez soñamos”, añade el científico, colaborador habitual en programas de ciencia de canales de televisión como BBC y Discovery Channel.
Potencias tecnológicas
En su libro, Kaku se pregunta quiénes serán los ganadores y los perdedores del futuro, y mientras en el primer grupo no se para a pensar para nombrar países como China, Alemania o Japón, sí duda un instante antes de mencionar a EU.
“La historia está llena de lecciones pero si hay una que vale la pena rescatar es que las superpotencias tienen caducidad, y sólo los que invierten en ciencia y tecnología llegan a lo más alto. Por eso me preocupa la posición complaciente en la que está EU, dando por sentado que la riqueza es eterna”, dijo.
Kaku cree que la receta para que los países tengan un buen futuro es promover la ciencia, “el motor de la prosperidad”, y la educación, por lo que lamentó que EU tenga “uno de los peores sistemas educativos científicos del mundo”, y advirtió de que no se ha colapsado gracias a la “fuga de cerebros”.
Otra clave del éxito será, según el científico, aceptar que el mundo está cambiando y entender que las materias primas “cada vez valdrán menos” y que la apuesta ganadora es al capital intelectual: “Hacer la transición del crudo, el oro o el cobre a las películas, los libros, las ciencias o el arte”.
Convierten aguas residuales en papel
Un método creado en Israel recicla las aguas residuales de residencias para hacer papel, en una patente que no sólo contribuirá al medio ambiente sino que ayudará a abaratar costos. Fue inventado por el doctor Rafi Aharón en Tsur Igal, informó ayer el diario Yediot Aharonot.
Aharón asegura que puede convertir las aguas residuales en un nuevo recurso al aprovechar el material sólido que es retenido en los filtros de las plantas urbanas.
“No hay ninguna razón para no reciclar los restos de los desagües, de la misma forma que lo hacemos con el plástico”, dijo.
El pequeño porcentaje de residuos sólidos es muy aprovechable, según el experto, porque contiene celulosa que proviene de productos alimenticios, papel higiénico y todo tipo de fibras de las lavadoras. Los restos en los filtros actualmente son una dificultad porque su tratamiento requiere un gasto adicional que en Israel es agregado a la factura del agua de los hogares.
El método de Aharón reduce a la mitad el material sólido, por lo que la planta de necesita menos electricidad y productos químicos para descontaminar las aguas, con el correspondiente ahorro para los consumidores.
Los restos pueden ser vendidos a empresas de papel, a un precio más barato que el del reciclado común. El sistema ya ha sido instalado en una planta del sur de Israel donde han conseguido producir grandes cantidades de celulosa y, a partir de ésta, las tarjetas de visita que presenta el experto a sus posibles clientes.
Fuentes: Impreso.milenio.com
Publicada: 24 de noviembre de 2011.