Luego de divertir al mundo de los negocios con una suerte de carrera armamentista informática, los eternos rivales sorprendieron a su audiencia al unir posiciones en contra de la censura del país asiático. Bill Gates advirtió sobre los peligros de la censura oriental pese a ser el creador del navegador que propició la irrupción en la infraestructura corporativa de un importante número de empresas norteamericanas.
Las compañías dieron su grito de batalla. A pocos días del ataque cibernético proveniente de China hacia veinte compañías estadounidenses dentro de las que se destacan Google, Microsoft y Adobe y de la advertencia de Google sobre abandonar el mercado chino tras infructuosos intentos de negociación, Bill Gates se refirió a los hechos y deslizó una alianza, al menos mediática, con su eterno rival. “
Los esfuerzos de China para censurar Internet han sido muy limitados, por lo que es fácil saltárselos y por eso pienso que es muy importante mantener en auge Internet allí”, confesó en una entrevista.
Sin embargo, la interesada desestimación de los ataques también generó polémica dado que fue precisamente una falla en la nueva versión del navegador Explorer la que permitió la intrusión en los sistemas de las compañías, según confesó Mike Reavey, director de seguridad de Microsoft.
Tal situación llevó a algunos gobiernos, como el alemán y el francés, a recomendar a sus ciudadanos la no utilización del navegador de Microsoft. En tanto y como respuesta a la inminente pérdida de mercado, la empresa liderada por Gates tuvo que adelantar la salida de su parche de emergencia, prevista para el próximo 9 de febrero.
“Detectamos en diciembre un ataque a la infraestructura corporativa de Google desde China, algo que derivó en un caso de violación de propiedad intelectual. A partir de nuestra investigación, descubrimos que al menos veinte compañías norteamericanas sufrieron el mismo ataque.
Descubrimos, a su vez, que el objetivo del ingreso al sistema fue revisar las cuentas de Gmail de varios activistas de derechos humanos chinos, aunque sólo dos fueron violadas y sólo pudieron acceder a la fecha en la que fueron creadas sin tener la posibilidad de ingresar al contenido de los correos”, explicaba David Drummond, jefe de seguridad de Google, pocos días después del intento de sabotaje.
El ataque, curiosamente anunciado al mundo por parte de la empresa, derivó en un ultimátum por parte del gigante de las búsquedas: “Si las cosas no cambian, nos iremos”.
Sobre el tema, Gates volvió a mostrarse a favor de Google sin mencionar a la competencia al alegar que era necesario garantizar la libertad de expresión del país asiático al tiempo en el que el crecimiento de Internet derribará las barreras impuestas por el gobierno chino.
En tanto, el empresario apuntó al escenario más desfavorable anunciado por su competencia y desafió: “Llega un momento en el que una empresa tiene que decidir si quiere obedecer las leyes en los países en los que está o no. Si la respuesta es no reflexionó-, no puedes seguir haciendo negocios allí”.