Lejos de afectar a México, la migración de personas de diferentes nacionalidades representa una oportunidad de apoyar a gente en situación de crisis humanitaria, de contar con mayor diversidad y coadyuvar al sector económico, afirmó la académica de la UNAM, Cecilia Imaz Bayona.
La catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) acusó que de las 65 solicitudes diarias para aplicar a una visa humanitaria o de refugiado que se recibían en la garita de Tijuana, hoy se redujeron a 10.
En la conferencia “El riesgo de una crisis humanitaria: refugiados haitianos en el norte de México”, señaló que esto ha provocado que miles de migrantes de Haití, de República Democrática del Congo, Nigeria y Centroamérica se queden varados en las fronteras de México, en las garitas de Tapachula, Chiapas, y de Tijuana, Baja California.
Imaz Bayona agregó que luego de las elecciones en Estados Unidos, el gobierno mexicano trata de mejorar su estrategia para atender la situación.
Por su parte, el profesor Roberto Herrera Carassou destacó que la mayoría de los migrantes que están en las garitas cuentan con un bajo nivel de estudios y nulo dominio del español, lo que les dificulta acceder a trabajos y conseguir recursos para su subsistencia.
Expuso que la corriente migratoria generaría que cada año, alrededor de 120 mil personas, usen a México como un país de tránsito para llegar a Estados Unidos, legal o ilegalmente.
“Por qué suceden estas cosas, por qué no podemos coordinarnos con las autoridades de Estados Unidos, por qué esperarnos a última hora para tener una crisis que se convierta en una crisis humanitaria”, comentó el investigador.
El reto en la materia debe ser compartido con los diferentes países de origen de los migrantes, además de Estados Unidos, y dialogar para regular la problemática, puntualizó.
Fuente: Aristegui
