El principio básico de cualquier empresa consiste en generar ganancias asegurando su rentabilidad y permanencia en el mercado. Sin embargo, cuando un empresario adopta el modelo de negocios de Empresa Socialmente Responsable (ESR) incrementa el tamaño de su alcance porque mejora su imagen y en consecuencia su cartera de clientes y las ventas.
Para hablar en términos de rentabilidad al hacer estas mudanzas debe tomarse en cuenta que las ganancias no sólo llegaran en pesos, sino en ámbitos cualitativos importantes como materia de sustentabilidad, responsabilidad con el medio ambiente y de mejores prácticas corporativas que impactan favorablemente ante La sociedad.
«Esto no es en automático. Se debe en principio declarar desde la razón de ser y futuro de la empresa (misión y visión), comunicar y sobretodo ser coherente con el hablar y actuar. Es hasta entonces, que los grupos de interés (accionistas, empleados y clientes) estarán dispuestos a ‘preferir’ a una empresa de estas características sobre aquellas que no son socialmente responsables», asegura María Fonseca Paredes, directora de la División de Negocios del Instituto Tecnológico de Monterrey.
En México, existen un sin fin de pequeñas y medianas empresas que en los últimos años han migrado a este concepto de ESR. Entre ellas destacan algunas empresas agrícolas, Praxair, Grupo SACSA, Grupo Ferrox, Emaús Casa Funeraria, Jafra México, Compartamos Banco, ADO y JUMEX, entre muchas otras.
En el mercado europeo más avanzado y con mayor índice de competitividad, los consumidores sí se toman en serio esta cultura. «En Europa te quita puntos de rentabilidad no ser ESR. Es un comodity, si lo tienes te pone en ventaja, ya que la gente te premia o te castiga adquiriendo o no tus productos», puntualiza Jorge Smeke, director del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana.
Las ventajas, como se subrayaba antes, llegan primero por la imagen que tendrá ahora la empresa. «Trabajar con una filosofía orientada a obtener beneficios para más ciudadanos ayuda en la mejora de la imagen pública, y automáticamente da apertura de nuevos mercados, mejora en la productividad por la lealtad, orgullo y desempeño de sus empleados, atrae mayor número de inversionistas y en consecuencia ofrece mayores posibilidades de crecimiento. En resumen, una mayor y mejor conciencia social», afirma Mará Fonseca, quien recomienda desde ya poner en la balanza la migración a este modelo de negocios.
Fuente: El Universal, Suplemento Empresas Socialmente Responsables, 2.
Publicada: Marzo 2011.