El dibujante Miguel Fuster cree que la RSC «debe intentar como sea» ayudar a indigentes a salir de las calles
El dibujante de cómics Miguel Fuster consideró hoy que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) puede ayudar a personas indigentes a salir de las calles y «debe intentarlo como sea, porque la pobreza es una cosa, pero la indigencia es el último eslabón», una situación en la que «no tienes sitio, ni sabes dónde ir», un punto «sin retorno» en el que «toda ayuda es poca» para salir de esta situación.
A su juicio, «todos los medios» que pueda poner la sociedad, las empresas y colectivos para ayudar a personas ‘sin techo’ a abandonar la calle «son pocos», porque «somos seres humanos» y «cualquiera puede caer en la calle», aseveró, para lamentar que esto es algo que «la gente no piensa» al encontrar en las calles de su ciudad a personas que lo han perdido todo.
Así lo explicó esta tarde Miguel Fuster, en declaraciones a los medios de comunicación, momentos antes de participar en la jornada ‘¿Puede la Responsabilidad Social Corporativa aportar soluciones ante la pobreza?’. En la sesión, celebrada en el Centro Joaquín Roncal CAI-ASC de Zaragoza, el dibujante relató su experiencia como indigente durante quince años y cómo consiguió recuperarse, salir de la calle y volver a dibujar.
Fuster recordó su dura experiencia en las calles, tras quince años deambulando por distintos municipios de la provincia de Barcelona, por la Ciudad Condal, y otras localidades catalanas como Reus, en los que pasó por distintos centros de rehabilitación sin conseguir recuperarse, ya que tras el paso por estos centros «al volver a la calle», y sin nada en lo que apoyarse, «volví a recaer».
«Se pasa muy mal en la calle», aseguró Fuster, al recordar como, en su caso, desde la Fundación Arrels «me recogieron medio muerto» y «me dio la oportunidad de salir de la calle» con un hogar al que acudir y la posibilidad de comenzar de nuevo «a trabajar en lo mío».
Así, y aunque «volver a hacer dibujos y guiones parecía difícil» y, en ocasiones, «no tenía ganas de hacerlo, te animas» para salir adelante y «poco a poco lo haces». En su recuperación, Fuster creó un blog para narrar su experiencia, un diario virtual que continuará ahora porque la calle «me ha marcado tanto» que, además de pintar de nuevo, seguirá relatando su experiencia a través de internet.
Actualmente, Fuster (Barcelona, 1944), cuyos padres eran aragoneses, se encuentra rehabilitado gracias a la Fundación Arrels de Barcelona y quiere volver a ganarse la vida pintando.
En 2009, la Generalitat de Cataluña le concedió la mención de honor del XXVII Premi Serra i Moret al Civisme por ‘Últimos días’, uno de los capítulos de su obra autobiográfica ‘Miquel, 15 años en la calle’, en la que describe en primera persona las agresiones, adicciones, recuerdos y pesadillas de los ‘sin techo’.
Fuster se formó como dibujante de historietas en la década de los sesenta en la célebre y ya desaparecida ‘Selecciones Ilustradas’, de donde surgieron otros artistas de renombre como Carlos Giménez, Adolfo Usero o Pepe González.
Posteriormente, durante los años setenta y ochenta, siguió trabajando como colaborador externo de Norma Editorial hasta que distintos problemas personales y el alcohol le condujeron a vivir en la calle como indigente.