La reunión anual en Davos, Suiza, donde líderes corporativos y políticos abordan problemas cruciales como el cambio climático, revela una sorprendente contradicción entre las promesas ambientales expresadas y las acciones diarias de los participantes más influyentes.
Según Steve Westlake, investigador en liderazgo climático de la Universidad de Cardiff, que escribe para The Conversation, a pesar de que los millonarios deberían declarar objetivos climáticos propios para mostrar un compromiso genuino y catalizador con la sostenibilidad, persisten en algunos de ellos estilos de vida intensivos en carbono y prácticas poco responsables.
Falta de liderazgo responsable en Davos
Resulta desconcertante que líderes empresariales y mundiales expresen con pasión su preocupación por el cambio climático mientras optan por viajar de la manera más intensiva en carbono posible, es decir, acciones que contribuyen significativamente al calentamiento global y otros problemas asociados.
Frente a las críticas, estos altos ejecutivos responden con diversas argumentaciones: agendas ajustadas, consideraciones de seguridad y la necesidad de networking internacional justifican, según Steve Westlake, el uso de jets privados y la elección de los hoteles más opulentos. Además, sostienen que las «compensaciones», teóricamente, deshacen el daño ambiental.
Desde una perspectiva más amplia, argumentan que el comportamiento individual es una distracción y carece de relevancia. En cambio, enfatizan la necesidad de progreso político, sistémico y tecnológico, áreas en las que dicen estar trabajando arduamente.
Enfoque equivocado del movimiento climático
Muchos en el movimiento climático coinciden en que centrarse en el comportamiento individual es un enfoque equivocado. Sugieren que el tema es divisivo, genera culpabilidad paralizante y juega a favor de las tácticas dilatorias de las grandes compañías petroleras.
Sin embargo, el investigador destaca que, en el caso de los líderes corporativos y políticos que lideran la conversación sobre la crisis climática, sus estilos de vida intensivos señalan una retórica contradictoria con la sostenibilidad que socavan la confianza y reducen la disposición de todas las personas a cambiar su propio comportamiento.
Influencia de los líderes en la sociedad
Según la investigación de doctorado de Steve Westlake: «El poder de predicar con el ejemplo con un comportamiento bajo en carbono de alto impacto: emulación, confianza, credibilidad, justicia» (2022), como seres humanos, prestamos especial atención a cómo se comportan los demás, especialmente aquellos con prestigio. Cuando los líderes mantienen comportamientos poco sostenibles, esta conducta, al ser observada por el público, tiene un impacto en la percepción general de la responsabilidad y liderazgo.
No obstante, el comportamiento innecesariamente intensivo en carbono de estos líderes ralentiza la lucha contra el cambio climático. Estas personas establecen las reglas y definen lo que aspiramos a ser, por lo que el público espera y desea que lideren con el ejemplo, ya que es una parte fundamental del liderazgo.
En otra encuesta realizada por el investigador, el 90% del público estuvo de acuerdo en que «las personas con las mayores huellas de carbono deberían hacer los mayores cambios en su estilo de vida para abordar el cambio climático», y solo el 3% estuvo en desacuerdo. Un 86% estuvo de acuerdo en que «los políticos, líderes empresariales y celebridades deberían dar ejemplo haciendo cambios en su estilo de vida primero».
Los resultados también arrojaron que liderar con el ejemplo funciona en la práctica. Entre las personas que dejaron de viajar en avión durante un año debido al cambio climático, el 74% dijo que habían sido influenciadas por alguien más que había hecho lo mismo, y este porcentaje aumentó al 85% si era una persona influyente que daba el ejemplo, según el investigador.
Un llamado a la responsabilidad individual
Continuando con la perspectiva de Steve Westlake, abstenerse de enfocarse en el comportamiento individual, aunque pueda sonar atractivo en teoría, se revela como poco realista. Los medios de comunicación persistirán en resaltar las aparentes contradicciones entre las acciones de la élite y su expresada preocupación por el cambio climático, llevando al público a distanciarse de lo que perciben como actitudes hipócritas.
Esta consideración se torna una cuestión de justicia, respaldada por diversas investigaciones que subrayan la esencialidad de la equidad para alcanzar reducciones de emisiones y mantener el respaldo a políticas climáticas. Evitar abordar el cambio de comportamiento individual, en última instancia, parece estar orientado principalmente a preservar los estilos de vida de aquellos más acomodados, quienes ostentan la mayor capacidad para adoptar prácticas más sostenibles.
Millonarios deberían declarar objetivos climáticos propios
Aunque liderar con el ejemplo suena ideal en teoría, ¿cómo se traduce en la realidad cotidiana? No se puede esperar que los líderes cambien a estilos de vida ultrabajos en carbono de la noche a la mañana, y algunas de sus actividades naturalmente generarán más emisiones que las de una persona promedio.
La respuesta, una vez más, de acuerdo con el investigador, radica en un elemento fundamental del liderazgo: la dirección del viaje. Los líderes (y el resto de nosotros) no tienen que hacer un cambio instantáneo, pero deben moverse claramente en la dirección correcta y ser vistos haciéndolo.
Es por eso que la propuesta de que millonarios deberían declarar objetivos climáticos propios podría ser efectiva. Como parte del Acuerdo de París, los países se comprometen voluntariamente a Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), donde cada nación establece objetivos públicos ambiciosos para reducir sus propias emisiones. La veracidad de estos objetivos puede discutirse y negociarse.
Lo mismo podría hacerse con los líderes climáticos: «Contribuciones Determinadas Personalmente» (PDC). Según Westlake, podrían establecer claramente cómo planean reducir sus emisiones personales con el tiempo, no mediante compensaciones, ampliamente entendidas como problemáticas, sino publicando cómo descarbonizarán continuamente sus estilos de vida.
Cambiando la narrativa del liderazgo climático
Los PDC, o Contribuciones Determinadas Personalmente, podrían abarcar medidas como la eliminación de jets privados, la optimización de itinerarios de viaje, ajustes en la dieta, reducción del tamaño del hogar y disminución del consumo de energía. Asimismo, podrían abordar inversiones intensivas en carbono.
Según Westlake, esta iniciativa enviaría una clara señal al mundo de que los líderes están auténticamente comprometidos con la sostenibilidad, contrarrestando la percepción generalizada de falta de disposición al cambio por parte de otros.
La propuesta de que millonarios deberían declarar objetivos climáticos propios es probable que no solo fortalezca el compromiso de los líderes hacia soluciones con bajas emisiones de carbono, sino que también pueda transformar las perspectivas sobre el cambio climático como un problema imperante. Después de todo, «nuestras acciones hablan más fuerte que nuestras palabras», puntualiza el investigador.