La creencia generalizada sostiene que la producción masiva de papel ocasiona mayores tasas de deforestación; sin embargo, en la actualidad es posible imprimir a gran escala y, al mismo tiempo, contribuir con la conservación de los bosques nacionales. Descubre cómo lograrlo.
¿Cuántas veces has recibido correos electrónicos que te invitan a pensar en el medio ambiente antes de imprimir un documento? El argumento principal es que las hojas que utilizarás, causaron la muerte de decenas de árboles, ya que para elaborar papel se requiere celulosa; es decir, fibra proveniente de algunas plantas (como algodón) y, principalmente, de la madera extraída de los bosques.
No obstante, los altos índices de deforestación son ocasionados especialmente por otras actividades económicas como la agricultura y la ganadería, que requieren grandes extensiones de campos que son destinados al cultivo de alimentos y al pastoreo.
Así, la producción industrial de papel —y la extracción de materia prima— no representa impactos ambientales de consideración.
Una realidad
Hoy en día es posible reducir aún más las consecuencias negativas de este proceso al consumir únicamente papel que provenga de bosques sustentables. Son llamados así, entre otras cosas, debido a que permiten sembrar más árboles por cada uno que es cortado, con lo que en lugar de aumentar la deforestación, se incrementa la tasa forestal.
Con lo anterior, el bosque se mantiene produciendo; en pocas palabras, sucede exactamente lo contrario a lo que se piensa: entre más imprimes, más árboles son plantados, convirtiéndote en un consumidor responsable al adquirir productos cuya elaboración fue respetuosa de los recursos naturales existentes.
La influencia de las certificaciones
Cada vez son más las empresas que buscan ser consideradas socialmente responsables y, para lograrlo, centran sus esfuerzos en la obtención de certificaciones, emitidas por autoridades en el rango, que garantizan que durante la cadena productiva el entorno no sufrió daños.
Fuente: Revista Equilibrio No. 46
Por: Nora Torres
Publicada: Junio 2012
Les comparto mi poema . . .
BOSQUE . . . JAS
“Grave ecocidio forestal, la vida en peligro mortal.”
Los árboles sufren de pie,
por sus raíces, asidas a la fe,
enferman, lloran, fenecen,
tan cruel suerte no merecen.
El más humilde follaje
es víctima del ultraje,
¿quién resarcirá su orgullo,
quién les dará tierno arrullo?
Soy el alma de los bosques
que, por culpa de unos torpes,
“vegetan” con flora inerte
o han encontrado la muerte.
Soy la entraña de los montes,
de colinas, horizontes,
que han quedado desolados,
por algunos desalmados.
Soy la esencia de natura,
víctima de la incultura,
de intereses de unos cuantos,
por los que sufro de espantos.
Florestas de oyamel y pino,
¿porqué tan brutal destino?,
son taladas, son quemadas,
en lugar de ser amadas.
Robles, caobas maderas,
tropicales arboledas,
de la vida son las vetas,
hay que imponer serias vedas.
Contingencias ambientales,
algunas monumentales,
destruyen su ecosistema,
por imperio, por sistema.
¡A impedir que eso suceda,
que su grandeza no muera!,
son los pulmones del orbe,
oxígeno que se absorbe.
Soy la conciencia de todos
los seres humanos probos
que, a toda ciencia y paciencia,
cuidarán de la existencia.
De las frondas, de su fauna,
dejando atrás todo trauma,
remediando el ecocidio,
la sociedad en concilio.
Soy principio de justicia
que, a los pueblos, acaricia,
soy la condena del mundo
que clama, en lo más profundo:
“Talamontes infelices,
que no siguen directrices,
incendiarios despiadados
que, del diablo, son aliados.
Dejen en paz nuestros bosques,
ya somos sus guardabosques,
¡muy pronto tendremos fiesta,
nuestro amor los reforesta!”
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Pátzcuaro, Michoacán, México, a 06 de junio del 2013
Reg. SEP Indautor No. 03-2013-111212464200-14
A la memoria de la Reserva Ecológica “Estribo Grande”, pulmón de la región de Pátzcuaro, devastada en un 90% (noventa por ciento), debido al incendio ocurrido los días 12 y 13 de abril del 2013.