La pobreza es tema central en el discurso político latinoamericano. Todos dicen estar preocupados por ella, y prometen dedicarle la mayor atención. Sin embargo, a pesar de ser un Continente de excepcional potencial económico las cifras son alarmantes. Hay varios mitos, muy difundidos que deberían ser superados para poder mejorarla a fondo y de modo sostenible.
1. La pobreza desaparece cuando hay crecimiento económico
Es fundamental hacer todo lo posible para que la economía crezca. Pero en América Latina que es muy desigual ello no se revierte automáticamente en mejora de la pobreza. En los tres años anteriores mientras crecía fuerte el Producto Bruto regional (4.7%), seguían aumentando la desnutrición, la mortalidad materna, y la deserción escolar. El crecimiento es una condición imprescindible pero no suficiente, debe haber políticas que garanticen alimentación, educación, y salud, y abran oportunidades reales de trabajo.
2. La pobreza es un problema importante, pero hay otros
La pobreza debería ser lo primero, porque no es neutra, mata y enferma. Mueren en la región 23.000 madres por año al dar a luz, y 30 niños de cada 1000 no llegan a los 5 años por ella. La pobreza tiene una característica: sus efectos destructivos no son reversibles después.
3. La pobreza es un tema económico
Para los pobres es mucho más. Cuando se les pregunta en las encuestas que es lo que más les duele de la pobreza, contestan que “la mirada de desprecio” de los demás. Sienten que por ser pobres son percibidos como subpersonas, inferiores, y con frecuencia tratados como tales. Ser pobre en sociedades como muchas de las latinoamericanas, no es un mero status económico desfavorecido, es un “estigma”. Funcionan discriminaciones activas, desde cruzar a la vereda de enfrente ante un pobre, hasta las marcadas segregaciones residenciales.
4. La culpa de la pobreza la tienen los pobres
Con frecuencia se escucha: “sino fueran indolentes no serían pobres”, “mientras nosotros nos esforzamos ellos se alcoholizan”, “no les interesa ir a la escuela”. Los razonamientos son insostenibles. Hay 190 millones de pobres en América Latina, una de cada tres personas. Obviamente que no es una elección personal, detrás de esta enorme cifra, hay malas políticas, y falta de solidaridad, que los arrojaron en la pobreza. Así lo dicen todos los estudios existentes. Echarles la culpa es una racionalización para no enfrentar las causas reales.
5. La pobreza es una maldición ancestral. Siempre habrá pobres
En Noruega, Finlandia, y Suecia no los hay. Hubo para ello políticas activas creadoras de derechos para todos, inclusión, e igualdad. En la Biblia los profetas de Israel pioneros de la justicia social, dicen al pueblo: “no habrá pobres entre vosotros”. Están diciendo, la divinidad ha entregado un universo infinitamente rico, que no haya pobres, depende de Uds., de cómo organicen su sociedad.
Frente a la crisis que amenaza aumentar fuertemente la pobreza en la región, urge terminar con los mitos, y las excusas, y hacer consono el discurso con la acción.