Por: Leticia Gasca Serrano
Cuando vi unos tenis negros de Adidas Grun, la línea ecológica de la marca, me gustó tanto el diseño y el hecho de que estuvieran elaborados con productos reciclados y materiales naturales que olvidé que tengo unos tenis negros muy parecidos y casi los compro.
La verdad, es que ganó esa vocecita que dice “lo más responsable es consumir sólo lo que realmente necesitas”.
El tema de la moda y la sustentabilidad ha sido bastante satanizado. Muchas veces pensamos únicamente en las maquiladoras que explotan a sus trabajadores y olvidamos las repercusiones que una compañía responsable puede tener sobre el comercio justo y la industria manufacturera en comunidades en vías de desarrollo, así como en el ecosistema.
Un excelente ejemplo nació en Holanda, donde Elsbeth Joy Nielsen, consideraba que la seda era un material textil fabuloso, sin embargo su obtención no lo era tanto: para extraer el tejido de los gusanos, éstos se ponen a hervir.
Para evitar el sufrimiento de los animales, Elsbeth Joy Nielsen recoge la seda que los gusanos dejan en el camino cuando buscan un lugar para tejer su capullo.
Otra tendencia actual, es que varias marcas de ropa han lanzado sus líneas amigables con el ambiente. Por ejemplo, Levi´s Eco, emplea en sus jeans botones de nuez de coco, tejido diluido con almidón de patata y remates en los que no ha intervenido ningún elemento metálico. Por su parte, las playeras de la línea son elaboradas con algodón ecológico cosechado por grupos rurales que no utilizan ni fertilizantes ni pesticidas para su fabricación.
Así que si de cualquier forma vamos a comprar ropa, tratemos de ejercer un consumo responsable considerando la forma en la que la prenda que usaremos fue producida.
Hay que recordar que comprar es igual que votar. ¿A qué me refiero? Al adquirir cualquier bien o servicio, el consumidor entrega dinero a una compañía, el cual es empleado para volver a empezar un nuevo ciclo de producción, aumentando a dicho ciclo, las ganancias obtenidas durante el ciclo anterior.
Consumir no es únicamente satisfacer una necesidad o un deseo individual, es también colaborar para que sean posibles todos los procesos que generan el bien o servicio consumido, seamos conscientes o no de ello.
De esta forma, las ganancias que se obtienen por nuestras decisiones de compra son usadas para fomentar prácticas que promueven la justicia social y la conservación ecológica o prácticas que dañan al medio ambiente y perpetúan condiciones laborales que van en contra de la dignidad humana. Así que la decisión, es nuestra.
Si te gustaría conocer más de consumo sustentable puedes visitar mi blog: http://sublimein.blogspot.com/
Leticia Gasca Serrano
Es coeditora de Responsabilidad Social en el periódico El Economista y socia fundadora de Reinventemos, A.C. Fue Delegada Juvenil de México en la ONU durante el 62 periodo de sesiones de la Asamblea General de dicho organismo.
Gracias a su labor de difusión en temas de responsabilidad social y sustentabilidad obtuvo el tercer lugar en el concurso latinoamericano de ensayo periodístico BIDAmérica, promovido por el Banco Interamericano de Desarrollo. Por su trayectoria fue reconocida con el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de Mérito Cívico.