El viernes pasado, 26 de agosto, se llevó a cabo en El Colegio de México el Foro “Movilidad Urbana Sustentable”.
El proyecto verde Yo Juventud del ColMex convocó a una serie de organizaciones empresas e individuos para analizar desde las ópticas de los líderes sociales, los gobiernos y las empresas, el significado de la movilidad urbana en el desarrollo sustentable.
En el tema “Liderazgos ciudadanos y de la sociedad civil” que presentó Jorge Macías del Centro de Transporte Sustentable México la relación unívoca entre movilidad y calidad de vida y las tendencias que tenemos en nuestras ciudades para convertirlas, cito aquí al CTS: “en ciudades para las personas, en movimiento, conectadas e innovadoras, con un ambiente limpio, compactas y activas”. Me gustó el acercamiento realista pero inspirador al problema de la falta de movilidad en las grandes ciudades de México, especialmente en el DF y su zona conurbada.
Más adelante te presento la filosofía de los integrantes de este centro, que creo plantea una de las iniciativas más serias de la sociedad civil para acceder a un desarrollo del transporte digno y eco-eficiente.
En el tema de “Acciones y actores gubernamentales”, Gabriel Quadri, uno de los analistas más brillantes en políticas públicas ambientales en Latinoamérica, transparentó las relaciones perversas de subsidios al transporte individual y el clientelismo de municipios y autoridades locales que impiden la toma de las mejores decisiones para mejorar la movilidad en nuestras ciudades.
En el tema de acciones del sector privado, Florencia Serrana del Grupo Carso expuso la necesidad de contar con reglas claras y entendibles para las inversiones en vialidades y medios de transportación, para que la iniciativa privada contribuya con capital de riesgo a mejorar la movilidad de las gentes sin necesariamente usar recursos públicos.
En relación a este tema, expuse el caso de la Supervía Poniente que ha iniciado su construcción después de haberse sujetado al proceso de escrutinio más intenso tanto por parte de autoridades locales y federales, como de grupos de la sociedad civil. Este proyecto emblemático, se inserta exactamente en la realidad que estamos viviendo en nuestra ciudad capital: Su construcción obedece a la imperiosa necesidad de evitar un colapsamiento de la movilidad en el poniente del DF, que actualmente impone injustamente a más de doscientos mil trabajadores que acuden diariamente en transporte público indigno a esta zona, trayectos con duración de dos y hasta dos horas y media.
Es una inversión privada que hasta el momento no sólo ha cumplido con todos y cada uno de los requisitos legales y ambientales que se la han impuesto, sino que será la primera vía rápida de cuota sobre la cual circularán autobuses modernos sin tener que pagar cuota extra los pasajeros. Pero no termina ahí lo innovador del proyecto: una parte de la cuota que sí pagarán los automovilistas se dedicará al financiamiento de los programas de manejo forestal correcto de las áreas arboladas y las barrancas de interés ambiental que cruza la Supervía. Antes del inicio de la obra formal hace quince días, se habían colocado ya en un fideicomiso cincuenta millones de pesos para estos programas de conservación. Primera vez que esto sucede en México.
Quisiera regresar al Centro del Transporte Sustentable, que depende del World Resources Institute, de los EU. El WRI es una de las instituciones de análisis de la situación ecológica del planeta y presentación de alternativas viables, realistas, para evitar el mal manejo de nuestros recursos naturales. El instituto que actualmente presido, INAINE, ha tenido una larga y constructiva relación con el WRI, por eso, el Centro de Transporte Sustentable representa una luz para nuestras ciudades en México, que actualmente luchan por poner en marcha programas que verdaderamente agilicen la movilidad de las personas y sus bienes, mejorando la calidad de vida: A continuación te presento la filosofía del CTS-México, y que te motives como yo con ellos:
Hasta principios del siglo XX, el espacio citadino privilegió las vías peatonales y los lugares de reunión pública. Posteriormente, la generalización del uso de vehículos particulares trastornó el entorno social y ambiental. Los costos económicos y en calidad de vida son alarmantes: tiempo y combustible perdidos en congestionamientos, accidentes y problemas de salud relacionados con la mala calidad del aire y el sedentarismo.
Actualmente, no sólo las ciudades más grandes de México sufren de problemas de tráfico y movilidad, sino que también nuestras ciudades medianas enfrentan, cada vez con mayor frecuencia, situaciones caóticas en el tránsito. Hace menos de 15 años, en ciudades como León, San Luis Potosí, Querétaro o Xalapa, el traslado de un extremo a otro sólo tomaba alrededor de 10 a 15 minutos. Ahora, ese lapso se ha duplicado en muchos casos, y es aún peor durante las horas pico.
La perspectiva de futuro no es muy optimista: se estima que de continuar los patrones actuales, el número de vehículos en las calles se duplicará en 10 años. Sin duda, el transporte y la movilidad amable son una ecuación fundamental que debemos atender en el presente para prevenir nuestro futuro.
TRANSPORTE Y ACCIDENTES. En México, 20 mil personas mueren al año en accidentes de tránsito. Las estadísticas indican que la población más vulnerable –niños, ancianos, peatones, personas con capacidades diferentes, ciclistas y usuarios del transporte público–, son las principales víctimas de accidentes. De hecho, la primera causa de muerte de niños y de personas en edad productiva son los accidentes de tránsito. Es una realidad que tenemos que cambiar.
TRANSPORTE Y SALUD. El tema de obesidad en nuestro país es un asunto primordial en la agenda de salud pública. México es el 2° país con más sobrepeso del mundo sólo después de EU. La manera en que nos movilizamos contribuye a esta tendencia pues la probabilidad de ser obesos aumenta seis por ciento cada hora que las personas permanecen en un vehículo.
TRANSPORTE Y CONTAMINACIÓN. Aunado a los problemas de salud provocados por el sedentarismo, la contaminación que sufrimos en las ciudades también acarrea profundas efectos negativos en nuestro bienestar, provocando más de cuatro mil muertes al año en nuestro país. En términos de emisiones de gases de efecto invernadero, las proyecciones hablan por sí solas: las emisiones de GEI del sector transporte en nuestro país pasarán de 170 millones de toneladas de CO2 a más de 440 en 2030 de seguir el patrón actual. Este panorama es a nivel nacional, pero al sumar las contribuciones del resto de los países, el fenómeno del cambio climático global se agrava a una velocidad que no hemos podido detener y que incluso ya hemos empezado a sufrir en todo el mundo.
AUTOS. Por cada recién nacido en el DF, se introducen dos coches nuevos en las calles de la ciudad, lo cual representa 200 mil autos nuevos al año. Esta tasa de motorización indica que las calles de la ciudad de México están siendo cada vez más ocupadas por automóviles, en lugar de personas. La lista de consecuencias negativas es larga en aspectos económicos, sociales y ambientales. Millones de ciudadanos pierden cinco años o más de su vida en el tráfico. Alguien que tarda más de dos horas al día en sus traslados se ubica en este grupo, (y aquí quiero añadir, si me lo permites, querida, querido lector, como los conciudadanos que hoy van a Santa Fe desde el centro o el sur del DF, y para quienes la Supervía, tan cuestionada hasta hace unas semanas, significa ganar años de vida).
Fuente: Cronica.com.mx
Por: Luis Manuel Guerra.
Publicada: 28 de agosto de 2011.