Las mujeres agobiadas por el trabajo son más propensas a utilizar la comida para aliviar el estrés. Así lo demostró un estudio realizado con 230 mujeres de Finlandia.
Las víctimas del agotamiento laboral tendían a comer por causas emocionales: por estrés, ansiedad o depresión, en lugar de hacerlo sólo por hambre. De hecho fueron más propensas a comer «descontroladamente», señala un reporte de la agencia de noticias de Medline Plus.
Cuando las personas están expuestas a una fuente de estrés crónico, a veces empiezan a comer según las emociones y a tener problemas con el peso. No sorprende que el burnout (sensación de que el trabajo produce agobio o que no tiene sentido) esté asociado con el comer emocional, dijo Sherry Pagoto, profesora asociada de medicina de la Facultad de Medicina de University of Massachusetts y médica clínica del Centro del Peso de la universidad, que no participó del estudio.
Este estudio, publicado en American Journal of Clinical Nutrition, es el primero que demuestra tal relación y lo hizo con trabajadoras de entre 30 y 55 años, quienes hablaron sobre los cambios del estilo de vida, explicó Nina J. Nevanpera, del Instituto Finlandés de Salud Laboral.
El 22 por ciento de estas mujeres padeció algún grado de agotamiento laboral y tendió a comer de manera descontrolada. A diferencia de las que no tuvieron agotamiento laboral.
«A partir de estos resultados no podemos concluir que el agotamiento laboral esté asociado con el sobrepeso o la obesidad», aclaró Nevanpera. Pero consideró que el comer emocionalmente es un factor de riesgo potencial de la obesidad futura, además de que no es un hábito saludable, pues las personas estresadas tienden a optar por un chocolate o una comida rápida en lugar de una manzana.
«Coincido en que lo importante es controlar las fuentes de estrés; si una persona está expuesta de manera crónica a un elemento de estrés, tendrá muchos problemas para adelgazar sin volver a engordar», añadió Pagoto.
A las personas que están expuestas al estrés laboral, recomendó eliminar los tentempié del escritorio o por lo menos guardar refrigerios saludables, como así también evitar las máquinas expendedoras de productos.
Y si el estrés aumenta, sugirió hallar otras formas de controlarlo, como salir a caminar, porque cuando se padece estrés, la actividad física es «el mejor antídoto».
Fuente: Reforma.com
Por: Georgina Montalvo.
Publicada: 20 de marzo de 2012.
