Las mujeres son el eje laboral en México, pero su sueldo no les alcanza para la vida diaria, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Puesto que para finales de octubre de 2022 las mexicanas ocuparon el 78.5% de los 2.05 millones de nuevos empleos, un aumento de casi el doble considerando que el año anterior en el mismo periodo las mujeres ocuparon el 47.2% de los nuevos puestos de trabajo.
Aunque este crecimiento es notable, el rango de salarios que reciben no supera el salario mínimo para todas las 1.61 millones de mujeres que ingresaron a laboral en octubre. Lo cual, junto con la creciente inflación en el país, dificulta aún más que puedan cubrir todas sus necesidades. Además, el 47.6% trabaja en empleos informales, por lo que no tiene acceso a servicios de salud gratuitos.
¿Las mujeres son el eje laboral en México?
Después de analizar a 182 empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores y la Bolsa Institucional de valores, se encontró que las mujeres solo ocupan el 11% de los puestos en el consejo de administración. El cual es el órgano que dirige la marcha de la empresa y guía todas las operaciones.
«Conforme aumenta el nivel jerárquico en las empresas, disminuye la participación de las mujeres».
Instituto Mexicano para la Competitividad A. C.
A pesar de que su presencia en el mercado laboral ha incrementando, se estima que la paridad de género se alcanzará hasta 2057. Pero, algunos ámbitos están avanzando rápidamente hacia esta meta, como en las telecomunicaciones, donde las mujeres ocupan el 43% de los puestos de consejería administrativa.
Los sectores donde destaca la participación femenina son: salud, educación, hospedaje, preparación de alimentos y comercio al por menor. No obstante, a pesar de tener mayor presencia, sus condiciones laborales suelen ser peores que las de sus pares del sexo masculino. Por ejemplo, el ingreso promedio en comercio minorista es 23% menor, mientras que en los servicios de salud, donde 7 de cada 10 son mujeres, estas reciben salarios 14% menores.
Por otro lado, en las actividades con poca presencia laboral femenina, como la construcción y las ingenierías, ellas tienen niveles de ingresos mucho más altos. Sin embargo, los roles y estereotipos de género han impedido que las mujeres se dediquen a estas actividades.
¿Por qué las mujeres no trabajan?
Aunque se considere que las mujeres son el eje laboral en México, la tasa de participación femenina ha aumentado de forma muy lenta desde el 2005, de acuerdo con los registros del Instituto Mexicano para la Competitividad A. C. (IMCO). Puesto que pasó del 40.9% al 44.8% en el segundo trimestre de 2022. Por lo que estos datos indican que más de la mitad de las mujeres mexicanas no laboran.
Y, esta situación se agrava en algunos estados del país, como Querétaro, Chiapas y Veracruz, donde solo alrededor del 30% de las mujeres laboran. En contraste, Baja California Sur, Colima y Yucatán tienen una participación laboral femenina mayor al 50%; sin embargo, esto solo ha sido posible porque en estos últimos sí se ofrecen las condiciones adecuadas para que las mujeres permanezcan en sus empleos, como:
- Percepción de inseguridad en el transporte público.
- Nivel educativo.
- Duración de las jornadas laborales.
- Permisos de paternidad.
Asimismo, las brechas económicas por sexo afectan el acceso y la permanencia de las mujeres en el mercado laboral. En México, algunas de ellas son:
- Empleos formales que otorgan prestaciones y seguridad social. Por cada 100 hombres hay 64.9 mujeres.
- Informalidad laboral. Los estados más pobres del país, como Oaxaca y Guerrero, son los lugares donde se presenta mayor informalidad laboral femenina.
- Pobreza laboral, es decir, el ingreso de un hogar no es suficiente para alimentar a todos los miembros. 42% de las mujeres jefas de familia viven este problema.
Las mujeres pueden cambiar los roles
La economía mexicana y los nuevos empleos tienen a las mujeres como el eje laboral en México. Aunque, todavía queda mucho trabajo por hacer para realmente garantizar el acceso a prestaciones, seguridad social y salarios que puedan cubrir las necesidades de cada mujer mexicana y su familia.
Además, el género es uno de los factores más importantes por los que las mujeres no se dedican a actividades de carreras STEM y otras que son más remuneradas. Puesto que este tipo de empleo social y culturalmente se asocia al sexo masculino. Lo que ha provocado que, para 2020, de 100 hombres inscritos en ingenierías solo había 45 mujeres, mientras que en carreras científicas había 31 mujeres por cada 100 hombres.
«Muchas mujeres no han sido reconocidas por su trabajo en investigación. Debemos romper con las tradiciones que impiden a las niñas que estudien lo que ellas deseen».
María del Pilar Carreón Castro, Jefa del Departamento de Química en Instituto de Ciencias Nucleares, UNAM
Para avanzar en la incorporación de las mujeres en el mercado laboral, IMCO propone tres estrategias:
- Generar incentivos para que las empresas implemente políticas que puedan equilibrar la vida laboral y personal de las mujeres.
- Fomentar el desarrollo de habilidades para que las mujeres puedan desempeñarse en carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).
- Promover la corresponsabilidad del cuidado en la primera infancia a través de permisos de paternidad extendidos, obligatorios e intransferibles.
Esto requiere de la participación tanto de los organismos gubernamentales como de la iniciativa privada, para que los puestos de trabajo ofrezcan el bienestar necesario para mujeres jóvenes, madres y jefas de familia. Garantizar igualdad de oportunidades de acceso y crecimiento es también una parte importante de la Responsabilidad Social Empresarial para construir un futuro en el que todas las mujeres puedan vivir de forma plena y trabajar en el sector que prefieran.
«Security, teenager standing on footstool with an umbrella, Maxima Clothing Store, Guadalajara, Jalisco, Mexico» by Wonderlane is licensed under CC BY 2.0.
Solamente una aclaración: según el inegi, en las encuestas de uso del tiempo, las mujeres que se quedan en casa sí trabajan (en algunos lugares se señalan más horas que las de una jornada laboral legal), sin embargo, como son tareas de cuidado (cuidado y atención de menores, personas adultas mayores y personas con discapacidad) no son reconocidas con pago y se considera como «no laboral».
Les invito a refrasear esa parte del artículo en donde dicen que las mujeres no trabajan, y cambiarla por las mujeres que trabajan en casa y de manera no remunerada.