En el panorama empresarial de México, las mujeres están dejando una marca indeleble, no sólo por sus innovadoras ideas y talento, sino también por su compromiso inquebrantable de impulsar a más mujeres hacia el éxito emprendedor. A pesar de los desafíos persistentes, las mujeres emprendedoras están forjando un camino hacia un futuro más inclusivo y próspero para todas.
«Las mujeres en nuestro país, están construyendo negocios exitosos, así como también están sirviendo como modelos a seguir y mentoras para otras mujeres que desean ingresar al mundo empresarial», comenta Nathalie Darres, experta en marketing y negocios. De acuerdo con un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Foro Económico Mundial (FEM), el 29% de las mujeres mexicanas ven a otras mujeres como modelos a seguir para iniciar un negocio, destacando así el impacto inspirador de las empresarias exitosas en la próxima generación.
Además, las mujeres emprendedoras en México están abriendo puertas y creando oportunidades para otras mujeres al proporcionar empleo. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indica que, en México, las empresas dirigidas por mujeres emplean a alrededor del 25% de la fuerza laboral, lo que demuestra el papel crucial que desempeñan en la generación de empleo y en el crecimiento económico del país.
Retos y desafíos
A pesar del progreso significativo, las mujeres enfrentan desafíos únicos en comparación con sus contrapartes masculinas. Uno de los desafíos más destacados es el acceso al financiamiento. Los datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), mencionan que, en México, el 70% de las mujeres consideran que el acceso al financiamiento es una barrera importante para emprender, en comparación con el 62% de los hombres. Esta disparidad resalta la necesidad urgente de políticas y programas que aborden las brechas de género en el acceso al capital y al crédito.
También existe la disparidad con los obstáculos que enfrentan relacionados con el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, así como el acceso limitado a redes de apoyo y mentoría. Darres menciona que «estos desafíos pueden dificultar el crecimiento y la sostenibilidad de los negocios, algo que sin duda, debe cambiar».
La última radiografía del emprendimiento en México -edición mujeres- publicada por la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), muestra que «el 73.3% de las empresas tiene entre una y cinco personas empleadas, por encima del 58.0% en el caso de las empresas fundadas por hombres. Si bien casi la totalidad de las empresas integran al menos una mujer en su equipo de trabajo; 23.9% de las empresas fundadas por mujeres señalaron que 100% de las personas empleadas son mujeres, mientras que 29.3% indicaron que de 0% a 9% de éstas son mujeres. En las empresas fundadas por hombres, solo 0.8% tiene 100% de colaboradoras mujeres, 21.7% tiene entre 1% y 9% de empleadas mujeres, y 18.9% no tiene empleadas mujeres».
Lo anterior demuestra que si las mujeres no emprenden, es aún más difícil crecer en la escala corporativa, probando una vez más que el techo de cristal está presente.
Relevancia del emprendimiento femenino
Impulsar el emprendimiento femenino no sólo es una cuestión de equidad de género, sino también una estrategia clave para el desarrollo económico y social de México. Según un informe del McKinsey Global Institute, cerrar la brecha de género en el ámbito laboral podría aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) de México en un 43% para el año 2025.
Además, fomentar el emprendimiento por mujeres puede conducir a una mayor diversidad e innovación en el mercado. Las mujeres aportan perspectivas únicas y soluciones creativas a los desafíos empresariales, lo que puede impulsar la competitividad y el crecimiento de las empresas.
Asimismo, el empoderamiento económico de las mujeres tiene un impacto positivo en sus comunidades y en la sociedad en general. Las mujeres tienden a reinvertir una mayor parte de sus ingresos en sus familias y comunidades, lo que contribuye a la reducción de la pobreza y al desarrollo sostenible.
«Al abordar las barreras que enfrentan las mujeres emprendedoras, promover el acceso equitativo al financiamiento y fortalecer las redes de apoyo y mentoría, podemos desbloquear el potencial ilimitado del emprendimiento femenino y construir un México más justo, próspero y equitativo para las generaciones futuras», concluye la experta.