El gesto recurrente de tirar la colilla al suelo después de fumar un cigarrillo puede acabarse pronto para los ciudadanos de París, que se arriesgarán a una multa de hasta 68 euros por ensuciar los espacios públicos.
Solo en la capital francesa cada año se recogen e incineran más de 315 toneladas de colillas, lo que corresponde a 350 millones de cigarrillos que acabaron sus días en las aceras, según los servicios de limpieza de la ciudad.
Estos residuos suponen un coste muy elevado para la ciudad, debido sobre todo a su alta toxicidad, ya que una sola colilla puede contaminar hasta 6 litros de agua, por lo que es necesario realizar un costoso proceso de descontaminación cuando éstas van a parar a las alcantarillas.
Este decreto responde a una demanda transmitida al Ministerio del Interior por el exalcalde socialista Bertrand Delanoë, en 2012 y ratificada por la actual alcaldesa, su correligionaria Anne Hidalgo.
Hasta ahora, las infracciones relacionadas con la insalubridad de la vía pública estaban sancionadas con una multa de 35 euros, una cantidad que no era lo suficientemente disuasoria, según dijo a Efe una fuente del Ayuntamiento de París.
La nueva tarifa entrará en vigor a partir de las próximas semanas: «El tiempo que tarden en imprimirse los nuevos bloc de multas», declaró el actual alcalde adjunto de la ciudad encargado de la limpieza, Mao Peninou, al periódico «Le Parisien».
Sin embargo, los fumadores tendrán una tregua hasta septiembre para adoptar nuevos hábitos. Mientras tanto, aquellos que sean pillados con las manos en la masa por los agentes de la ciudad de París solo se irán a casa con una amonestación verbal.
Esta demora se debe a que el ayuntamiento quiere proporcionar todos los medios posibles a sus ciudadanos antes de castigarlos, según la fuente.
Para ello, está previsto añadir un total de 30.000 pequeños ceniceros a las basuras de la vía pública para que los fumadores puedan apagar sus cigarrillos antes de tirarlos al contenedor.
Asimismo, la fuente informó de la puesta en marcha de una campaña publicitaria con el objetivo de sensibilizar a los ciudadanos para no que tiren las colillas al suelo.
Los restos de cigarrillo no serán el único objetivo de este nuevo decreto de limpieza de las vías públicas, que también pone en el punto de mira a los excrementos de perro así como a aquellos que orinen en la calle.
La ciudad de París se toma muy en serio el mantenimiento de la limpieza pública, con más de 25.000 multas emitidas en el año 2014 por faltas a la insalubridad.
Sin embargo, la ciudad de la luz está lejos de ser una de las más estrictas en cuanto a la legislación con el tabaco.
En Singapur un hombre fue recientemente condenado a pagar más de 12.000 euros por haber tirado 34 colillas a través de su ventana, según probaron las cámaras de vigilancia.
Fuente: La Crónica