Un estudio publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado a finales de 2014, las empresas multinacionales, en su afán por expandir sus negocios a toda costa, pueden llegar a destinar hasta una tercera parte de sus ganancias a sobornar autoridades para conseguir contratos y licitaciones.
“En casi el 5% de las situaciones investigadas fueron sobornados jefes de Estado, de gobierno o ministros”.
En este contexto, algunas empresas empiezan a limpiar dichas prácticas. Por ejemplo, el CEO de la alemana Siemens AG, Joe Kaeser, aseguró que busca cooperar con autoridades brasileñas para la creación de un nuevo marco normativo que impida estas prácticas. “Se establecieron medidas de control sobre el cumplimiento de mecanismos de operación en Brasil, mismos en que participaron autoridades de Alemania”.
Por su parte, la española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) se encuentra bajo investigación por parte del gobierno rumano por sobornar a autoridades locales para conseguir una venta de trenes. “CAF no puede comentar sobre los procedimientos judiciales en curso. Confiamos en la investigación y expresamos nuestra voluntad para seguir cooperando con el gobierno de Rumania”, informó la empresa en un comunicado de prensa.
Pero no sólo son empresas del primer mundo las que incurren en estas prácticas. Compañías latinoamericanas también han caído en estas prácticas e incluso la colombiana Ethuss ha sido señalada por sus nexos con grupos paramilitares.
De acuerdo con el informe de la OCDE, dos terceras partes de los sobornos se concentran en cuatro sectores: el de la extracción (19%), construcción (15%), transporte (15%) y telecomunicaciones (10%). Además, las empresas estatales concentran 27% de los sobornos recibidos, seguidos por autoridades aduanales (11%) y funcionarios de salud y defensa.
En el presente sexenio, México ha aprobado reformas estructurales precisamente en los sectores de la extracción y telecomunicaciones, lo que pone en entredicho el verdadero fin de estas medidas.
“La corrupción debilita el crecimiento y el desarrollo. El corrupto debe ser llevado ante la justicia,” comentó Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE. “La prevención de la delincuencia de guante blanco debería ser el punto central de la gobernanza corporativa. Al mismo tiempo, es necesario que la contratación pública se convierta en sinónimo de integridad, transparencia y rendición de cuentas”, aseguró el secretario.
Fuente: SDP Noticias