Las mujeres conforman la mitad de la población del campo y sólo poseen la tercera parte de los títulos de propiedad. De cada 10 personas indígenas con trabajo, sólo 3 son mujeres.
A través de la educación, es posible reducir la brecha social que existe entre hombres y mujeres indígenas, indicó este lunes la Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Nuvia Mayorga Delgado.
Durante su participación en el foro “Perspectivas de género en el campo”, que se realizó como parte del II Foro Global de Expectativas Agroalimentarias 2015, en el la Biblioteca de México “José Vasconcelos”, manifestó que “al estar mejor preparadas, las mujeres indígenas tendrán mayores oportunidades de desarrollo. Para ello es importante elevar la participación de la mujer en la educación, contar con becas y albergues para niñas en edad escolar. Esto permitirá que tengan mejores oportunidades laborales. Cabe señalar que de cada 10 personas indígenas con trabajo, sólo 3 son mujeres”.
Mayorga Delgado agregó que la preparación educativa permite que la mujer indígena pueda hacer frente a todas las responsabilidades que tiene en lo individual y como madre de familia, además de coadyuva con la disminución de la violencia de género y la discriminación para asumir liderazgos.
En México existe una población de 11 millones de indígenas, en donde el 72.3% vive en pobreza o pobreza extrema, recayendo en mayor índice en mujeres. Mayorga Delgado subrayó que mientras el 40 por ciento de los hombres en edad adulta cuenta con escolaridad, media o superior, las mujeres solo registran primaria y secundaria. Además los hombres tienen entre 5 y 12.6 % mejor salario que las mujeres.
“La participación de la mujer indígena es de suma importancia, hemos visto que es más trabajadora, sin embargo, su trabajo se caracteriza por ser más precario, de menor duración y menos seguro que el de los hombres”, agregó.
Mayora Delgado comentó que uno de los retos es lograr que el trabajo de la mujer sea permanente. Dijo que suele trabajar en el campo y por temporadas de cosecha, por lo que su trabajo es temporal y recibe menos ingresos.
Conminó a que el diseño y la ejecución de las políticas públicas orientadas al medio rural e indígena, incorporen el enfoque de género, para atender particularmente las necesidades de la mujer en el campo.
“Las mujeres se organizan muy bien para trabajar, tan es así que en los proyectos productivos de la CDI vemos que el 66 por ciento de los beneficiados son mujeres. Por ello, una visión de equidad de género en las políticas y acciones del sector público contribuirá a mejorar la atención a los derechos y capacidades de la mujer indígena. La mujer tiene derecho a ocupar un lugar central en las políticas públicas y, el gran reto es seguir identificando las posibilidades de desarrollo para acortar esta brecha”.
Por su parte, Lorena Cruz Sánchez, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, comentó que “Alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres es un requisito indispensable para el desarrollo de cualquier sociedad. La agricultura, el comercio y la toma de decisiones se asumen como actividades masculinas, a pesar de que las mujeres son la columnas vertebral que sostiene el campo”.
Comunicado de Prensa