Tienen una visión de los negocios muy diferente, que poco a poco gana adeptos. «Queremos hacer negocios de manera responsable», afirma Vidal de Teresa, uno de los socios fundadores de Madinter. Esta pyme es «una fábrica-almacén», como él mismo la define, desde donde se exporta madera por todo el mundo para realizar instrumentos musicales. Hasta aquí puede parecer una empresa más, sin embargo tiene un valor que la distingue: una fábrica de ébano nada más y nada menos que en África central, donde transforman esa materia prima. Está instalada en un barrio cerca del aeropuerto de Yaundé, la capital de Camerún, y en ella trabajan 75 personas. No cabe duda, que este proyecto sostenible tras cinco años ha transformado toda la comunidad.
Pero el camino no ha sido nada fácil. Madinter comenzó su andadura en 2001 cuando dos amigos de la infancia, Vidal y Miguel Ángel Sánchez, unieron sus fuerzas. Más tarde llegarían Luisa Willsher y Jorge Simons como socios. En 2011 el dueño de Crelicam, un productor típico de ébano de Camerún, anunció que se jubilaba. «En Madinter vimos la oportunidad para adquirir la fábrica y aplicar nuestros valores de sostenibilidad y comercio responsable en Camerún», cuenta Vidal. «El ébano es una madera dura, que tiene un buen registro sonoro y tiene mucha densidad», explica Vidal.
Madinter ha colaborado con este precioso proyecto donando las maderas. ¡Os deseamos muchísimo éxito! https://t.co/eL1mCIUE3G #woodformusic pic.twitter.com/peezXwGc83
— Madinter (@madinter) 8 de noviembre de 2016
Se asociaron con el fabricante americano de guitarras acústicas Taylor Guitars. Una fórmula que garantizó el éxito: hoy Crelicam es el mayor exportador de ébano de Camerún, con una cuota de 1.500 toneladas en 2015. «Y sus trabajadores cuentan con los salarios más altos del sector forestal, hemos equilibrado el porcentaje de hombres y mujeres, tenemos un comedor social, damos atención médica a trabajadores y sus familias, becas para sus hijos, hemos levantado un pozo de agua potable para la comunidad…», asegura.
Proyectos paralelos
No solo invirtieron en nuevas instalaciones y maquinaria y formaron a los trabajadores. Madinter tuvo que superar además «un gran choque cultual a la hora de trabajar. Además la pobreza, la corrupción, la falta de cualificación… Es muy difícil encontrar empresas que tengan el compromiso y la voluntad de invertir a largo plazo en África», asegura Vidal.
«Es muy difícil encontrar empresas que tengan el compromiso y la voluntad de invertir a largo plazo en África»
Madinter quiere garantizar el futuro del ébano. «El sistema de explotación de esta madera en Camerún está controlada por el Gobierno. Nosotros respetamos los lugares permitidos para la extracción y las cuotas a cumplir», afirma Vidal. Tienen varios proyectos para ello que desarrollan con las comunidades: un vivero de semillas, un multiplicador de semillas y la clonación de árboles en laboratorio… «La idea es multiplicar por 10 el volumen de madera que el bosque nos da. Y devolvérselo en forma de madera».
Un caso de éxito que viene a demostrar que los negocios no están reñidos con la sostenibilidad del entorno mediambiental y humano. De hecho, esta pyme exporta 40 tipos de madera diferentes a más de 40 países desde su sede en Cerceda, Madrid, donde trabajan 17 personas en España más las 75 de Camerún. Factura 5,5 millones de euros al año. Y ha sido reconocida con diferentes premios: por los European Business Awards for the Enviroment con el segundo premio en Cooperación Internacional, otorgado por la Comisión Europea; también con el Premio Europeo de Medio Ambiente a la Empresa, de la Fundación Biodiversidad y con el Award for Corporate Excellence de la Secretaría de Estado de Estados Unidos.
Fuente: ABC Economía