Las aguas del Golfo de California representan un ecosistema único y maravilloso en todo el mundo. En esta región, donde el mar muestra una gama de tonalidades azules enmarcadas por varias rocas con incidencias geológicas, habita la vaquita marina en México.
Hace unos años, la singularidad de esta especie, endémica y en peligro de extinción, atrajo la atención de la opinión pública cuando el reconocido actor, Leonardo Di Caprio, hizo un llamado al gobierno nacional —a cargo del ex presidente Enrique Peña Nieto— para que implementara «medidas urgentes» en el cuidado de la vaquita marina.
Vaquita marina: especie única
De acuerdo con Biodiversidad Mexicana, las especies endémicas son aquellas que habitan únicamente en determinada área o región, es decir, son exclusivas de un lugar o entorno determinado. Lo anterior se debe a un largo proceso de evolución, de modificaciones geográficas e incluso cambios climáticos.
Este es el caso de la vaquita marina en México, la cual pertenece a la familia de los cetáceos, como las ballenas, delfines y marsopas. De hecho la vaquita es la más pequeña de las marsopas conocidas.
Descubierta en 1958, la Phocoena sinus, nombre científico de la vaquita marina, cuenta con algunas problemáticas que afectan su supervivencia, a su periodo natural de gestación, el cual suele ser de 8 a 10 meses, y su corta temporada de reproducción se le suman las actividades humanas, como la pesca ilegal, que han puesto a este mamífero en peligro de extinción.
¡La vaquita marina en México está desapareciendo!
Pese a que se ha reconocido el riesgo en el que se encuentran estos hermosos ejemplares, las acciones para su preservación se han visto obstaculizadas e invisibilziadas. Según lo ha reportado recientemente La Jornada, las acciones gubernamentales oficiales se han quedado cortas en la protección de la vaquita marina en México.
La única forma de garantizar la supervivencia de la vaquita marina es que no haya ninguna panga —embarcación— en su hábitat, en la Zona de Tolerancia Cero.
José Carlos Tinoco Castrejón, contralmirante del sector naval de San Felipe, Baja California.
Y es que la pesca y caza en la región donde habita este animal continúan siendo el mayor enemigo de la especie. Ni siquiera la Secretaría de Marina ha podido contener este fenómeno, como lo declaró el contralmirante del sector naval de San Felipe, Baja California, José Carlos Tinoco Castrejón.
En la mira…
Este año, varios científicos estimaron que quedan aproximadamente entre 6 y 7 vaquitas marinas en México, pero a la pesca ilegal que tiene como daño colateral la pérdida de la marsopa, se le ha sumado la inacción de las autoridades que han desamparado el cuidado de la especie.
El 2021 representó un golpe duro a la preservación endémica del Golfo de California, ya que derivado de algunos cambios en la regulación de la normativa, se han facilitado la proliferación de las actividades dañinas hacia la vaquita marina.
Ahora las autoridades usan el 100% de sus recursos contra la pesca ilegal, si hay al menos 65 barcos en la zona de tolerancia cero, donde, oficialmente, está prohibido hasta el tránsito.
El País.
El mitigar la inversión en el cuidado ambiental ha provocado el aumento de los pescadores furtivos y del crimen organizado, porque además se han restringido las funciones de los cuerpos de activistas que ahora se limitan a «exclusivamente a identificar las redes», pero no pueden extraerlas ya que necesitan solicitar un permiso para después recogerlas.
Requerimento internacional
Debido a la crítica situación de la vaquita marina en México, hace poco el Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) exigió a nuestro país un expediente de hechos para evaluar el porqué no se ha detenido la extinción de los ejemplares.
Asimismo, varias ONGs han señalado que se ha incurrido en violaciones y omisiones a la Ley General de Vida Silvestre (LGVS) en cuanto a salvaguardar los espacios de la vaquita.
México necesita reconocer sus propias fallas en la aplicación de la ley y realmente cumplir sus promesas de salvar a la vaquita marina. Sin una acción fuerte de México, estos hermosos animales desaparecerán para siempre.
Sarah Uhlemann, directora del programa internacional del Centro para la Diversidad Biológica.
De aprobarse la creación de este informe, es posible que existan sanciones en caso de comprobarse que el gobierno ha actuado con dolo en la conservación de la vaquita. Sin embargo, siendo o no una obligación lo cierto es que el tiempo se agota.
Recordemos que la extinción de una especie altera todo el ecosistema del que forma parte, provocando un desequilibrio en la naturaleza cuyas consecuencias pueden ser irreversibles, por lo que cuidar de la vaquita marina también es procurar a otros organismos, incluyendo a los seres humanos.
