En 2017, la firma estadounidense Nike diseñó las Zoom Vaporfly Elite, unos tenis que permitían reducir el gasto energético un 4%. Esto se logró al incrustar en la suela una fibra de carbono.
El uso de estos tenis ha generado debate, puesto que para algunas personas este avance es una evolución natural o un proceso necesario en el deporte, sin embargo, para otros son técnicas que ponen en duda la legalidad de estas prendas deportivas y lo comparan con el dopaje.
Quienes critican el uso de estos tenis, se amparan en el artículo 143 del Reglamento de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF).
«Las zapatillas no deben estar construidas de tal modo que proporcionen a los atletas cualquier ayuda o ventaja injusta. Cualquier tipo de zapatilla debe estar razonablemente al alcance de todos en el espíritu de la universalidad del atletismo”.
Estos tenis han sido usados en maratones de Berlín, Tokio, Boston, Londres, Chicago y Nueva York, incluso en el último año, se han registrado las cinco mejores marcas masculinas de la historia del maratón, con el récord del mundo oficial de Eliud Kipchoge incluido (las 2.01’39” en Berlín en 2018).
Brigid Kosgei rompió el récord de maratón femenino en Chicago, superando la aparentemente imposible marca de Paula Radcliffe, intacta por más de 16 años; y en octubre de 2019 el propio Kipchoge completó los 42 kilómetros 195 metros en menos de dos horas en Austria: todos ellos utilizaban los zapatos de Vaporfly.
Ante esta situación, el organismo rector del atletismo endurecerá las reglas para la tecnología de calzado, luego de que se le señalara a Nike de dopaje tecnológico.
¿Nike está incurriendo en dopaje tecnológico?
Los corredores aficionados podrán seguir usando el calzado, dijo World Athletics. Vaporfly combina una placa de carbono y espuma comprimida ultra elástica y es frecuente verlas en las líneas de partida de todo el mundo.
“World Athletics definitivamente está de acuerdo en que debe haber una mayor claridad sobre lo que está permitido en el deporte de elite y en nuestras competiciones”, dijo en un comunicado a Reuters, y agregó que cualquier cambio tendría que ser ratificado por su consejo.
No es nuestro trabajo determinar el mercado de calzado para todos. Si la gente quiere correr un maratón con Vaporfly u otra zapatilla, no es nuestro trabajo impedirlo. Pero si alguien quiere un récord reconocido, entonces se clasifica como elite y debe cumplir con las reglas.
¿Habrá cambios?
Cuando se cuestionó de la revisión y un cambio de reglas, Nike afirmó:
Respetamos a la IAAF (ahora World Athletics) y el espíritu de sus reglas. No fabricamos zapatillas para correr que produzcan más energía de la que gasta el corredor.
Por su parte, algunos científicos del deporte dieron a conocer su postura en el British Medical Journal, ahí afirmaron que la Vaporfly se diferencia de las zapatillas de correr convencionales en tres maneras:
- Tiene placas de fibra de carbono incrustadas.
- La plantilla está hecha de espuma súper condensada.
- La plantilla es particularmente gruesa.
“Cada uno de estos componentes tiene características de diseño que reducen la pérdida de energía de forma aislada y, quizás más, en combinación”, dijeron.
¿Dopaje tecnológico?
El dopaje no solo hace referencia al uso de sustancias prohibidas en el deporte, sino al uso de tecnología para mejorar el rendimiento.
“Se trata de una forma de dopaje tecnológico elevada al cubo, es como si pusieras unos muelles en los pies del corredor. La clave está en la elasticidad, estos biomateriales son miles de veces más elásticos que nuestros músculos, tendones y ligamentos; y la energía se restituye de una forma mucho más eficiente”, subraya Jordi Porta, catedrático de Inefc y fundador de la Escuela Catalana de Cineantropometría (ECC).
