En algunas comunidades indígenas de Oaxaca las leyes que gobiernan son los sistemas normativos indígenas, más comúnmente conocidos como usos y costumbres. A veces, en la aplicación de los mismos, los derechos humanos se ven violentados. Es así como, a menudo la violencia del hombre hacia la mujer se convierte algo normalizado.
Ixmucane, asociación civil con sede en la ciudad de Oaxaca, trabaja para que esta realidad cambie poco a poco. Para ellas, las niñas y los niños son un motor de cambio.
Con su proyecto Hacia una comunidad sin violencia desde la niñez buscan que estas pequeñas y pequeños aprendan que esta violencia no debería ser la norma y los preparan para que en el futuro puedan tener relaciones sanas con sus parejas, sean capaces de ser independientes y puedan decir no cuando lo consideren necesario.
Además, mediante estos talleres lúdicos, descubren el derecho al juego, que para muchos es algo desconocido ya que pasan sus días dedicados al trabajo y a la escuela.
Evi Rosalba Hernández es la presidenta de Ixmucane y asegura que a través de estos talleres descubren cómo los estereotipos de género lejos de desaparecer, siguen perpetuándose. Señala que tras hacer una encuesta tanto a los niños como a las niñas participantes, se descubrió que la mayoría considera que ellos valen más, que tienen más derechos por el simple hecho de ser hombres.
Entre los testimonios que ha escuchado, no puede olvidar el de un niño de cinco años que ante la pregunta de qué le gustaría que pasara en su comunidad, respondió “que los hombres no maten a sus mujeres enfrente de sus hijos”.
Evi entendió entonces que no sólo hay que involucrar a los niños y niñas, sino también a sus padres y madres, autoridades, profesores y demás miembros de la sociedad, para poder garantizar los derechos de las niñas y prevenir la violencia de forma efectiva.
Este proyecto fue ejecutado gracias al Programa Otros Derechos Humanos de Semillas. Según afirma Evi, “Semillas nos da, además del recurso, acompañamiento y confianza y sentimos que también nosotras estamos aprendiendo”.
El respeto a los derechos de las y los niños y la educación, son básicos para acabar con los problemas de género. En palabras de Evi, “los niños y las niñas van formándose en función de cómo son tratados, educados y cuidados. Las decisiones que toman a medida que crecen se basan en eso. Si no se les dan las herramientas y habilidades emocionales que requieren, acabarán tomando decisiones que impliquen situaciones problemáticas como, por ejemplo, la violencia de género”.
Colaboración de Semillas