Imagina por un momento que al buscar el significado de una palabra relacionada con tu origen, te encuentras con una definición ofensiva que te describe como tramposo, mentiroso y estafador, indignante ¿no es cierto? Esto fue lo que le sucedió a un grupo de niños gitanos al abrir el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y descubrir un texto repleto de discriminación.
Las reacciones de estos pequeños están documentadas en un video de poco mas de dos minutos, lanzado en días pasados por la Fundación Secretariado Gitano como parte de una campaña para eliminar el adjetivo «trapacero» de la definición otorgada a la palabra «gitano» en la más reciente edición del popular diccionario.
Los pequeños protagonistas de la campaña comparten sus pasatiempos y sueños con una alegría que se transforma en confusión y enojo tras descubrir la definición que la Real Academia de la Lengua Española otorga a su origen. Los hashtags #YoNoSoyTrapacero y #YoNoSoyTrapacera abanderan su causa a través de las redes sociales creando un movimiento que involucra a la comunidad gitana, pero también a millones de hispanohablantes en todo el mundo.
Me parece vergonzoso que en la RAE exista esa racista definición de la palabra Gitano. #YoNoSoyTrapacero #EliminarYA
— dé (@ddesiiiree) abril 8, 2015
#YoNoSoyTrapacero, tú no eres trapacero, él no es trapacero, nosotros no somos trapaceros…¿Se lo conjugamos a la RAE? #8deabril
— F.SecretariadoGitano (@gitanos_org) abril 8, 2015
Ante dicho movimiento la RAE ha indicado que los significados que se incluyen en el diccionario están determinados por el uso que la sociedad hace de cada palabra; sin embargo se ha comprometido a a discutirlo y a poner una serie de marcas junto a la definición en la próxima edición a fin de destacar su acepción peyorativa.
Distintas entidades representantes de la comunidad gitana han lamentado profundamente la negativa de la RAE a eliminar de inmediato el calificativo de trapacero de la definición y destacan que el contenido discriminatorio del texto mancha la dignidad de un pueblo entero y perjudica la lucha contra los estereotipos.
Comenzar por erradicar el lenguaje discriminatorio y sexista de los diccionarios y textos académicos es fundamental para educar a las nuevas generaciones en un entorno libre de prejuicios. ¿Qué pasaría si un niño lee en el diccionario que su compañera gitana no es confiable? Definiciones como esta no sólo están lejos de contribuir a la creación de una sociedad más incluyente, también constituyen una práctica irresponsable y un incentivo a distintos tipos de violencia.
Definitivamente a la RAE le falta mucho para evitar seguir reproduciendo desigualdes y conceptos discriminatorios a través del lenguaje.