El circo estadounidense viene de gira a México en el contexto de un debate nacional sobre el uso de animales exóticos y domésticos con fines de entretenimiento.
Este domingo llegará a México uno de los circos más antiguos del mundo: Ringling Brothers Barnum and Bailey, autodenominado “El mayor espectáculo del mundo“.
En su edición 143 el circo traerá a la Arena Ciudad de México y la Arena Monterrey el show “Una Aventura Sorprendente”, reuniendo a más de 300 personas y alrededor de 70 animales. “Estos últimos son la razón principal por la que el público acude a vernos”, relata Steve Payne, vicepresidente de comunicación corporativa de Feld Entertainment, dueño de Ringling Bros. “Por ello jamás consideraremos un circo sin animales”, cuenta en entrevista con Animal Político.
La Unidad Roja es uno de tres actos circenses de Ringling Brothers. Llega a México tras meses de gira en Estados Unidos en un tren que mide kilómetro y medio y está compuesto de más de 50 vagones, de los cuales sólo 4 o 5 se destinan a albergar a los animales: ocho elefantes asiáticos (especie en peligro de extinción), 24 hurones, perros, conejos, una serpiente y al menos seis caballos. Los 24 tigres de bengala (también en peligro) del espectáculo viajan por tierra con su entrenador.
No es la primera vez que este circo viene a México. Empero, lo hace en el contexto de un debate nacional sobre el uso de animales exóticos y domésticos con fines de entretenimiento. Desde diciembre pasado cinco estados de la República han aprobado leyes para prohibir el circo con animales: Querétaro, Morelos, Colima, Guerrero y Chiapas. Los ayuntamientos de Culiacán y Naucalpan también se han sumado a la tendencia, un movimiento “errado”, en palabras de Payne.
“No creo que este tipo de prohibiciones ayuden al bienestar de los animales. En México queremos invitar a la sociedad civil y a funcionarios a que conozcan nuestro cuidado animal de vanguardia, además de enseñarles por qué no deben prohibir los circos. Los deberían regular e inspeccionar, poner atención a las prácticas y al servicio veterinario, pero no necesariamente prohibirlos” opina.
Payne considera a Ringling un “modelo” para cualquier circo del mundo, pues asevera que además de darles a los animales un cuidado “único”, apoya a distintos programas de conservación de especies, entre ellas su propio Centro para Conservación de Elefantes en Florida, donde desde 1995 se ha dado a luz a 26 elefantes. De los ocho elefantes que vienen a México, 4 fueron criados en este centro.
“No los obligamos a nada”, asegura Payne, “si no tienen el temperamento y de verdad no quieren hacerlo, no los obligamos. Los que están en el show sí tienen el temperamento. Pasan tanto tiempo con sus cuidadores que ellos realmente saben si les interesa ser parte del show o no.”
En la página oficial de Ringling se detalla que a los elefantes se les enseña a través de juegos, repetición y recompensas.
Sin embargo, un reportaje publicado en 2011 por la revista Mother Jones expone que en 2009 durante un juicio oral, el entonces director del Centro de Conservación de Elefantes, Gary Jacobson, admitió que en el recinto se golpeaba a los elefantes bebés con el ankus o “bullhook”, un instrumento que Ringling asegura es una “especie de guía que se utiliza de la misma forma que las espuelas para los caballos”, durante su entrenamiento.
Jacobson también reconoció que en 2008, 19 de los elefantes de Ringling habían sufrían de Tuberculosis, que en ocasiones se ataba a los elefantes hasta por 22 horas seguidas y que en otras se hacía uso de choques eléctricos para moverlos o capturar el semen de los machos.
En el último mes, organizaciones animalistas en México como PETA y Anima Naturalis, además de otros activistas han hecho público su rechazo al circo a través de las redes sociales con hashtags como #NoAlRinglingBrosEnMéxico. A principios de esta semana la actriz mexicana Kate del Castillo, quien desde enero protagoniza una campaña de PETA en este sentido, publicó una carta en el periódico El Norte dirigida a Salinas Pliego, presidente del Grupo Salinas, para pedirle que frustre la actuación del circo en ambas sedes.
“Como artista le escribo con profunda preocupación por los elefantes, que pronto serán obligados a actuar para Ringling Brothers. A la mayoría de los artistas les encantaría una arena con entradas agotadas, pero los elefantes en el circo sin duda cambiarían un auditorio repleto por una vida en libertad con sus familias. Espero escuchar que hará lo correcto y decidirá nunca más recibir a Ringling Bros”.
Aquí el video de la campaña lanzada por PETA a principios de año y que denuncia maltrato a los elefantes y tigres:
Por sí solos, los elefantes asiáticos de Ringling generan ganancias aproximadas a los 100 millones de dólares anuales, lo equivalente a entre el 10 y el 20% de los 500 a mil millones de dólares que gana Feld Entertainment con todos sus shows, que incluyen Disney Live!, Disney on Ice y Motocross Freestyle Cowboy, informó Mother Jones en 2011.
Ringling estará en la Arena Ciudad de México del 28 de mayo al 8 junio y en Arena Monterrey del 11 al 15 de junio. Representantes de la empresa han revelado que ya esperan protestas durante las presentaciones.
Fuente: Animal Político