El mundo está que arde y no por las razones correctas. Así que para combatir el cambio climático, se puso en vigor el Acuerdo de París cuyo objetivo es comprometer a los países e involucrados a hacerlo y generar más energía limpia.
Para lograrlo se establecieron metas como reducir de forma sustancial las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, limitar el aumento global de la temperatura en este siglo a 2 grados Celsius, hallar medios para limitar la subida todavía más, a 1,5 grados, entre otras.
Con el Acuerdo de París se busca marcar una pauta que nos lleve hacia un planeta con bajas emisiones de carbono y que en parte fortalezca a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ya que cuenta con una hoja de ruta para medidas climáticas que permitirán hacerlo y aumentar la resiliencia.
Actualmente, 189 países se han unido al Acuerdo de París e incentivaron otro tipo de proyectos para acelerar el cumplimiento de los propósitos y alcanzar la neutralidad de carbono.
Sin embargo, y a pesar de la alerta climática que tenemos, existen países, líderes y otras instituciones que están faltando a este acuerdo y con ello ponen en riesgo todo lo que se está logrando. Un ejemplo es México.
¿México saca 0 en el Acuerdo de París?
De acuerdo con la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE), las actuales políticas de la Secretaría de Energía y la Comisión Reguladora de Energía (CRE) fomentan que México este encaminado a incumplir su compromiso para generar el 35% de electricidad por medio de fuentes limpias y la instalación de nueva capacidad de generación eléctrica de cero emisiones de CO2 que había prometido para 2024.
Esta situación provocará que, para ese año, México se enfrente a un déficit de aproximadamente 12 millones de Certificados de Energía Limpia (CEL), que equivale a dejar de generar electricidad limpia que daría al menos 5.2 puntos para alcanzar la meta de 35% de generación eléctrica limpia a la que se comprometió el país en los acuerdos del 2016.
La importancia del CEL
El mercado del CEL se creó a través de la reforma energética 2013-2014. Es un instrumento que permite estimular la instalación de nueva capacidad eléctrica limpia.
Con esta herramienta, se compromete a suministradores eléctricos y usuarios a adquirir CEL a generadores eléctricos y así garantizar niveles mínimos de producción de energía eléctrica limpia.
La Cofece señala que un CEL equivale a un megawatt hora de electricidad limpia y su precio se negocia en subastas o contratos bilterales y para obtenerlos se necesita acreditar la producción de un cierto porcentaje de energía limpia.
Para la comisión, las principales limitaciones que existen en el mercado CEL son que la falta de responsabilidad que se tiene para adquirir esta certificación recae en un solo comprador que al final es la Comisión Federal de Electricidad por medio de su filial de suministro básico (CFE SSB), quien compra 81% de la energía del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Cómo fortalecer el mercado para cumplir con el Acuerdo de París
De acuerdo con la COFECE, para impulsar este mercado se necesitan participantes que distribuyan la responsabilidad que actualmente recae en CFE SSB, y para hacerlo, se propuso trazar la tarifa final CFE SSB y con ello animar a que nuevos accionistas quieran entrar a este mercado.
No obstante, no es el único reto, ya que debido a los cambios que se han dado en la regulación de electricidad, los accionistas e involucrados han compartido una actitud un tanto apática.
Estas desmotivan la instalación y operación de nuevos proyectos de generación de electricidad con base en energías limpias, lo que limita las posibilidades de incrementar la oferta de CEL asociados con la misma.
COFECE.
Uno de estos cambios se centra en la cancelación de las subastas eléctricas de largo plazo porque eliminó la posibilidad de competencia para vender electricidad y CEL principalmente a CFE SSB.
Para la comisión, esto dificulta el financiamiento de nuevos productos de generación limpia y puede poner en riesgo que incrementen las tarifas finales y el subsidio. Con ello, declaró que los retrasos sobre el otorgamiento de permisos de generación, fomentan un retraso en las operaciones e implementación de nuevos proyectos.
De hecho, hasta octubre del 2020, la CRE tenía cerca de 99 solicitudes de permiso y 153 de modificación transferencias. Además, hay solicitudes que llevan hasta 300 días hábiles sin resolverse, cuando la norma prevé un máximo de 75 días hábiles.
Los dos escenarios de la situación
La COFECE compartió que debido a lo que se ha generado, existen dos posibles escenarios:
1. Conservador: Los proyectos programados para los instrumentos de planeación del sector deberán entrar de acorde a lo especificado.
2. Realista: Se estiman retrasos y cancelaciones de proyectos como resultado de las políticas y regulaciones restrictivas de la Sener.
Con el escenario “conservador” se visualiza que para 2022 y 2023 se alcanzarán los CEL para cubrir los requisitos, pero en 2024 existirá un faltante de 12 millones de CEL y de 2.9% en el escenario realista, mientras que en el 2024 habría un faltante de 5.2%, para alcanzar la meta comprometida del 35% de generación de energía limpia.
Así que aproximadamente desde 2022, México empezará a incumplir las metas de energía limpia con un faltante de 0.8% de generación limpia, en el 2023 el faltante sería de 0.55% .
Es un escenario que a muchos grupos de interés les preocupa, no solo por la falta de compromiso, sino por el impacto que este puede generar en el suministro de energía limpia en los próximos años.