La prohibición de las corridas de toros, ha sido por mucho tiempo, un tema de gran interés no solo para las personas que pertenecen a la antitauromaquia —activismo que se opone a la utilización de toros en espectáculos o festejos—, sino para el público en general. Hoy esta actividad encuentra una disyuntiva que involucra la pérdida de empleos en la tauromaquia si esta se prohíbe totalmente en la CDMX.
Los expertos afirman que la prohibición de las corridas de toros tendrá graves consecuencias que impactarán directamente en el empleo de quienes encuentran en ello su fuente de ingresos. ¿Qué resulta más responsable? ¿Decir adiós a los empleos o a los toros?
Tauromaquia
Las corridas de toros… ¿son un bien cultural o crueldad animal? Para muchas personas la tauromaquia no es un referente dentro de la cultura mexicana, en cambio, su preocupación sobre el bienestar animal sobresale.
De acuerdo con la Real Academia Española (RAE) la tauromaquia es el «arte de lidiar con los toros», sin embargo, este arte engloba diversos elementos tanto culturales como económicos, y es una actividad heredada de las costumbres españolas que supone ejercicio físico a la par que un espectáculo.
En las Plazas de Toros, las y los espectadores observan como el torero «pelea» con el toro y se observan las destrezas físicas del torero y el sufrimiento del toro a lo largo del encuentro. Especialmente, es sobre este último punto en donde se enfocan los movimientos antitaurinos, y cuando los ambientalistas también alzan la voz para la prohibición dicha práctica.
Pérdida de empleos en la Tauromaquia
En diciembre de 2021, la Comisión de Bienestar Animal de la Ciudad de México aprobó el dictamen para reformar y adicionar la Ley de Protección de los Animales de la Ciudad de México en materia de la prohibición de corrida de toros.
Aunado a ello, de manera reciente se presentó en el Congreso de la Ciudad de México una mesa de trabajo para robustecer dicho dictamen de cara a su aprobación parlamentaria, con la finalidad de hacer énfasis en los efectos que causaría la prohibición en el sector laboral.
En tal reunión se contó con la presencia de los miembros de la Comisión, diputados y el senador y defensor de la tauromaquia, Pedro Haces, quien señaló en referencia a la pérdida de empleos en la tauromaquia y al dictamen que:
En la Ciudad de México se perderían aproximadamente 30 mil empleos, y si se suma el efecto de la pandemia, se tendría que repensar la prohibición.
Pedro Haces, senador y defensor de la tauromaquia.
Además, Haces resaltó que la fiesta brava es una expresión autentica de «nuestra historia», e incluso ha servido de inspiración a las bellas artes como: la escultura, la literatura, la arquitectura, la danza que también se convierten en fuentes de empleos.
La fiesta de los toros es una expresión popular que ha sido hasta la fecha una tradición mexicana. Lo podemos ver en todas las celebraciones patronales y en todas las celebraciones de los municipios de este país que la han adaptado como parte de sus fiestas anuales.
Pedro Haces, senador y defensor de la tauromaquia.
Esta reunión más allá de hacer énfasis en las «bondades» o la importancia cultural de la tauromaquia, se centró en un elemento clave de la prohibición de la corrida de toros: la pérdida de empleos en la tauromaquia y las acciones de transición que se tendrían que tomar —en especial en el contexto de la pandemia— en la que los empleos se han visto seriamente afectados.
Tales elementos fueron resaltados por Jesús Sesma presidente de la Comisión al insistir en que el dictamen ya estaba aprobado.
Dictamen de prohibición de las corridas de toros
El objetivo del dictamen de la Comisión es prohibir la realización de espectáculos públicos en los cuales se «maltrate, torture o prive la vida de toros, novillos y becerros«. Entre los puntos que destacan se encuentran:
- Establecer una multa entre 27, 500 y 55 veces la Unidad de Medida Actualizada es decir, más 4 millones 900 mil pesos a quien vulnere dicha decisión sin eliminar la responsabilidad penal.
- El Congreso de la CDMX tendrá 180 días naturales para reformar las normativas legales correspondientes a espectáculos.
- El Gobierno de la Ciudad de México tendrá 180 días naturales para realizar adecuaciones operativas.
- En 150 días naturales se tendrá que desarrollar un programa que permita que los empleos en la tauromaquia directos e indirectos encuentren otras actividades, así como determinar una partida presupuestal en el presupuesto de egresos.
Cabe destacar que poner atención a los vendedores que se encuentran dentro y fuera de la Plaza de Toros, así como a sectores vulnerables, es fundamental. Esto ayudará a conocer a detalle el perfil laboral de los empleos que se verán afectados por dicha prohibición. Información que el senador Haces se comprometió a compartir de manera puntual con la Comisión.
Este dictamen, señaló la diputada Ana Villagrán Villasana (PAN), no se trata de un capricho, ni de un tema electoral, sino de un compromiso con la vida.
Por su parte, la diputada Tania Larios Pérez (PRI) resaltó que el respeto a los derechos animales ha sido un camino largo e hizo un llamado a ser empáticos para evitar el sufrimiento animal.
¿Decimos adiós a los empleos o a los toros?
Así que ante la pregunta: ¿Decimos adiós a los empleos o a los toros?, es importante mencionar que la Comisión encargada tiene como eje central el bienestar animal, pero también no afectar a los sectores laborales que dependen de las corridas de toros.
Sin embargo, para lograr dicho equilibro, se requiere de la implementación de estrategias claras con resultados tangibles, algo que en algunas ocasiones no ha caracterizado al gobierno de México. Ejemplo de ello fue lo que sucedió en 2015.
A partir del 8 de julio de ese año, los empresarios circenses se vieron obligados a entregar una lista de sus animales a la Semarnat, que a su vez la pondrá a disposición de los zoológicos del país para que estos eligieran a los ejemplares.
En ello destaca que los animales que no fueran elegidos por los zoológicos podrían ser entregados por sus poseedores a los Centros para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre, pertenecientes a la Semarnat, para que “no implicaran un gasto por concepto de manutención de animales que ya no podrán ser utilizados en sus centros de trabajo».
Empero, cuatro años después de que dicha ley entrara en vigor, Milenio compartió cuál fue el desenlace:
De los mil 298 animales censados por la Semarnat en los 80 circos del país, no más de 300 están vivos; el resto fueron comprados por coleccionistas privados, vendidos a taxidermistas o cayeron en manos de traficantes de especies y ahora están convertidos en tapetes.
Con estos antecedentes, ¿es posible confiar en que el Gobierno realmente se encargará de aquellas personas que perderán sus empleos en la tauromaquia? Al respecto, también se hace un llamado de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) para que más empresas mexicanas aporten a la reinserción laboral una vez que entre en vigor este dictamen, sobre todo en uno de los momentos en donde más se requiere.
Sobre este tema de la tauromaquia y demás «espectáculos culturales» que involucran sufrimiento animal, se está creando la misma alternativa que la planteada respecto a los combustibles fósiles: seguir quemándolos para que HOY no se queden sin empleo las personas que viven de ellos, aunque envenenemos el FUTURO.
Como seres humanos tenemos inteligencia y capacidad de razonamiento para encontrar soluciones de DESARROLLO SOSTENIBLE; trabajemos todos en el mismo sentido, y las futuras generaciones nos lo agradecerán.