Estados Unidos firmo el Protocolo de Kyoto en 1998, pero lo rechazó posteriormente, y hasta el momento se niega a ratificarlo. Es un claro ejemplo de que los intereses económicos están completamente desasociados de los medioambientales.
Uno de los objetivos del Protocolo de Kyoto era contener las emisiones de los gases que aceleran el calentamiento global; los E.U. son uno de los principales emisores mundiales, por lo que al firmar el protocolo deberían cumplir con su deber de reducirlas, ocasionando que los sectores petrolero y automotriz (dos de las grandes industrias norteamericanas) pagaran el precio.
Luego entonces, Washington se negó a ratificar el Protocolo; lo que se podría entender como una defensa acordada de las grandes marcas y grupos industriales.
La campaña presentada hoy es un perfecto ejemplo de esta situación, y lo que busca es hacernos reflexionar sobre el tema de la sustentabilidad… No importa el pretexto, nadie tiene derecho a socavar el medio ambiente.