Por Emilio Guerra Díaz
El Economista publicó un interesante artículo el martes pasado intitulado: “Fundación, ¿camino para pymes?” de Leopoldo Trejo (febrero 18, 2014) que no tiene desperdicio y que animó esta colaboración. Como es obvio reflexiona si conviene o no para una pequeña o mediana empresa crear una fundación. Yo diría que depende, no sólo de los factores que atinadamente expone Trejo, sino también del volumen de facturación ya que hay diversas corporaciones de esa naturaleza que son muy exitosas pese a su tamaño.
En general, el artículo de El Economista recomienda que no conviene a una pyme crear una fundación, porque ellas están ocupadas todo el tiempo en su sobrevivencia (¿sustentabilidad?). Tampoco recomienda que creen una organización de la sociedad civil (OSC). En cambio, recomienda mejor hacer alianzas con ellas.
Dejemos claro: correspondería a una fundación canalizar el presupuesto de inversión social de la pyme primordialmente, mientras que una OSC se encargaría de atender una problemática social en particular y dar servicios (en algunas ocasiones hay que considerar que una organización filantrópica es, hasta cierto punto, una pyme pero que se distingue en maniobrar dentro de la economía no lucrativa y comparten muchos retos de sostenibilidad).
Respecto a establecer una sociedad entre una pyme y una OSC, a la letra el artículo dice: “…sí deben buscar la manera de aliarse con alguna institución legalmente constituida y con trayectoria, pues esto les ayudaría a superar la barrera de los dos años de vida, al crear un círculo virtuoso que las hará confiables con sus clientes, empleados, la comunidad y las empresas de las que son proveedoras”.
Sí una pyme desea incursionar en dirigir recursos para atender la vinculación con la comunidad, estas son unas pequeñas recomendaciones sobre qué poner atención:
1) Concordamos con que crear una fundación podría no ser la mejor opción, depende del volumen de facturación. Sin embargo en todo caso si se opta por la fundación considérese que se tiene el compromiso de pagar los costos de operación y administración y destinar un presupuesto anual para la causa que desee apoyar
2) Contar con actividades alineadas a su core business; si se producen alimentos, entonces se puede apoyar a bancos de alimentos, programas de nutrición, etc. Si se ofrecen servicios tecnológicos, entonces ayudar a disminuir la brecha digital, etc.
3) Que la pyme no vea el financiamiento de su intervención social a través de donaciones que le pidan a sus clientes. Esta sigue siendo una práctica confusa al igual de común en empresarios con corporaciones de todas las dimensiones. ¿Por qué una persona o cliente ha de darle un donativo a una empresa para aquella promueva su nombre con acciones solidarias o filantrópicas? De otra visión estarían “compitiendo” los recursos de donación.
4) Pensar en una acción integral. Las personas entrevistadas por El Economista para ese artículo recomiendan que se apoyen “vía voluntariado, campañas de conscientización, donaciones en especie, etcétera”. También pueden pensar en mentorazgo para afinar proyectos de las OSC y transferencia de capacidades.
5) Pensar que en una alianza también las OSC tienen mucho dar a las pymes. Las primeras pueden ayudar a los colaboradores dando en forma subsidiada los servicios que ofrecen. Muchos de los servicios de las OSC han resultado muy útiles en materia de apoyo a la mujer.
6) Fortalecer la cadena de valor. La pyme factura a grandes empresas también, por lo que puede verse como un puente entre aquella y su OSC socia. De tal manera que en las debidas proporciones cada parte participa con los recursos que el negocio le permite aportar pero comparten una visión integral y la imagen corporativa y reputación se ve fortalecida porque más actores validan a la OSC ejecutora del proyecto.
7) Las pymes pueden emprender nuevos negocios al entender y atender las necesidades de las OSC dedicando recursos a ensanchar su actividad lucrativa en un mercado naciente o limitado, donde precisamente con la inyección de recursos se reactivarán “islas de economía”.
8) Las pymes pueden dar trabajo a grupos de población que resultan muy productivos porque sus propias condiciones les favorecen. Hace varios años un empresario que administra bazares hizo una estupenda contratación de personas con problemas de discapacidad motriz para operar un Call Center. Nadie los empleaba pero él se animó. El resultado fue estupendo ya que eran más cordiales con los clientes, no llegaban tarde y se mostraban siempre muy agradecidos con el empresario.
9) Juntas, OSC y pymes, agregan valor a sus actividades naturales al impulsar el nacimiento de nuevas micro empresas. La virtud de las pymes es que las limitaciones que tiene para atender mercados es a su vez una fortaleza para interconectar a otros actores.
10) Una tendencia natural es que las pymes incursionen en temas “anclados para la empresa, como para la comunidad” de inversión social, uno de ellos es el de protección civil. En todo el país es necesario avanzar en la creación de este tipo de cultura que significa cuidar a las personas y el patrimonio de las organizaciones, por lo que juntas OSC y pymes pueden desdoblar planes efectivos de prevención y atención de desastres.
Debido a que tomar la decisión de una pyme de asociarse con una OSC, crear una nueva o lanzar su propia fundación, cobra gran relevancia la investigación sobre fundaciones empresariales que está por concluir y que lleva a cabo el Centro de Investigación y Estudios sobre Sociedad Civil (CIESC), ya que brindará más elementos objetivos para avanzar desde la empresa en el mundo de la inversión social. Sea cual fuese la decisión de una Pyme para desarrollar sus programas de inversión en la comunidad cuenta con dos aliados Expok y la Alianza Mexicana de Voluntariado quienes podemos apoyar sus proyectos.
Emilio Guerra Díaz
Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.