En la agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD-92), realizada en Río de Janeiro en 1992, se establecieron como estrategias clave para el aprovechamiento racional de los residuos la minimización en la producción de residuos sólidos y el reciclaje, además de fortalecer la recolección, tratamiento y disposición en forma ambientalmente segura.
Posteriormente, en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en 2002, se lanzó un exhorto general para renovar los esfuerzos que permitieran garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, a través de la incorporación de los principios de desarrollo sostenible en las políticas y planes nacionales, teniendo como eje central las metas de la Agenda 21.
Dentro de este contexto regional, la República Mexicana cuenta con una población superior a los 100 millones de habitantes (35% asentados en localidades menores a 100 mil habitantes), que generan alrededor de unas 98 mil toneladas de basura diariamente, de las cuales la mayor parte se maneja empleando una serie de prácticas caracterizadas por su precariedad e ineficiencia.